Cada ocaso, centenares de católicos se congregan afuera de la Clínica 32 del Instituto Mexicano del Seguro  Social (IMSS) en Ensenada, Baja California (norte de México), a la espera de  que la sombra de la Virgen de Guadalupe aparezca.

Antes del anochecer, los feligreses renuevan cientos de veladoras y  decoran con flores nuevas una jardinera, la más cercana a la pared donde, según  ellos, la silueta de la Virgen se deja ver.

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Cuando cae la noche, una lámpara de mercurio se enciende automáticamente y su luz verdosa refleja sobre la pared, y es entonces cuando se aparece una silueta similar a la de la santa patrona de los mexicanos, cuentan los presentes.

En ese momento, los cerca de 400 feligreses que se congregan a diario en el  insólito lugar en que la sombra de la Virgen “decidió aparecer” saben que ella  regresó puntualmente y la ovacionan con cánticos y plegarias.