Dos soldados israelíes murieron este viernes cuando los radicales palestinos hicieron estallar un vehículo blindado en el sur de Gaza, dijeron testigos, en la tercera emboscada mortal de esta semana contra el ejército de Israel.
 
Las Brigadas Mártires Al-Aqsa se atribuyeron la responsabilidad del ataque en el campo de refugiados de Rafah, mientras los soldados israelíes destruían edificios a lo largo de un corredor clave en la frontera de Gaza con Egipto.
 
Esta estrecha zona está controlada por Israel, que planea ampliar el corredor con demoliciones masivas de casas para aumentar la seguridad de sus tropas.
 
La emboscada ocurrió en un sitio no muy lejos del lugar donde los combatientes palestinos hicieron estallar un vehículo de tropas el miércoles, donde murieron cinco israelíes, mientras los soldados seguían buscando los restos de sus compañeros que mataron los radicales.
 
Las últimas muertes israelíes llevaron a 13 el total de soldados muertos en la Franja de Gaza esta semana, el peor golpe contra el ejército de Israel en dos años.
 
Las nuevas encuestas mostraron un apoyo cada vez mayor al plan de retiro de Gaza del primer ministro de Israel, Ariel Sharon. La iniciativa se encuentra estancada por el rechazo de los derechistas de línea dura del Likud, el propio partido del líder israelí.
 
La violencia en Gaza también generó preocupaciones entre los estrategas militares israelíes de que los palestinos hayan adoptado las tácticas de los guerrilleros libaneses del Hizbulá, que provocaron el fin de la ocupación israelí del sur de El Líbano en el 2000.
 
Fuentes políticas israelíes dijeron que decenas o incluso cientos de casas palestinas en el campo de Rafah, en las afueras de la zona de control "Filadelfi", serán demolidas en los próximos días a fin de eliminar la cobertura utilizada por los radicales que atacan a las tropas todos los días.   
 

Residentes de Rafah huyen de emboscada  
Portando banderas blancas y sus pertenencias, los palestinos de Rafah huían del paso de vehículos blindados que derribaron en una incursión inicial dos conjuntos de cinco casas cada uno, dijeron los testigos.
 
"Estamos tratando de juntar algunas prendas y cualquier cosa que podamos llevar antes de que derriben la casa", dijo Mohammad al-Basiouni, de 32 años. Agregó que en su edificio de tres plantas vivían 65 personas.
 
Sharon Feingold, un portavoz militar, dijo que el ejército hasta ahora sólo demolió estructuras abandonadas utilizadas por hombres armados para disparar contra las tropas israelíes que buscaban los restos de los efectivos muertos en la emboscada del miércoles.
 
Israel ya ha destruido cientos de estructuras en el campo de refugiados en búsqueda de túneles utilizados para el contrabando de armas durante los últimos tres años y medio de conflicto.
 
El nuevo plan parece estar dirigido a contrarrestar a los críticos que han acusado al ejército de dejar a sus fuerzas vulnerables en la zona fronteriza, que se extiende nueve kilómetros y que ahora, en algunos lugares, tiene un ancho de 250 metros.
 
El ministro de gabinete palestino, Saeb Erekart, dijo que la expansión del corredor era una "contradicción total" a lo que Sharon había presentado como una iniciativa de "desvinculación" para reducir los puntos de conflicto.
 
Irlanda, que en la actualidad tiene la presidencia rotativa de la Unión Europea, instó a que Israel finalice las demoliciones y pidió a ambas partes que declaren un cese al fuego inmediato para iniciar negociaciones.
 
Cinco soldados israelíes murieron en un vehículo cargado de explosivos en la zona fronteriza el miércoles, un día después de un ataque similar en la ciudad de Gaza en donde murieron seis militares.
 
Las fuerzas israelíes mataron a doce palestinos en Rafah y a otros 16 en enfrentamientos en la ciudad de Gaza, incluidos radicales y transeuntes.   
 
Se intensifica debate por plan de Gaza
 
Las recientes emboscadas mortales han abierto aun más la brecha entre la mayoría de los israelíes que ven a Gaza como una carga que debería ser abandonada y el resto que dice que un retiro sería un "premio para el terrorismo".
 
Una encuesta en el periódico Yedioth Ahronoth mostró que el apoyo al retiro unilateral llegaba al 71 por ciento, en relación con el 62 por ciento que tenía antes de los ataques en Gaza.
 
Allí viven unos 7.500 judíos en los asentamientos junto con 1,3 millones de palestinos, la mayoría de ellos en condiciones de pobreza.
 
El Partido Laborista, de centroizquierda, y otros grupos planearon un una demostración a favor del retiro de asentamientos judíos para el sábado en la plaza Rabin de Tel Aviv.
 
La marcha busca aumentar la presión sobre Sharon para que prosiga con su plan de evacuación completa de Gaza y de cuatro de los 120 asentamientos de Cisjordania.