El descubrimiento de dos enormes máscaras con colmillos de serpiente y un conjunto de piezas de jade ofrece nuevas pistas sobre la sofisticada civilización de los primeros mayas, dijo esta semana el arqueólogo Francisco Estrada-Belli en una conferencia telefónica.

Los objetos fueron hallados en un sitio maya denominado Cival, en Guatemala.
Las máscaras son idénticas, están hechas de estuco y miden 5 metros de alto por 3 de ancho. Tienen estilizados ojos en forma de “L” y bocas cuadradas, con un par de colmillos de serpiente en el centro. Los ojos parecen estar adornados con la hoja que cubre la mazorca de maíz.

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El arqueólogo piensa que  las máscaras flanqueaban las escaleras de una pirámide que llevaba a la recámara de un templo y otorgaban un marco para rituales en los que un rey maya personificaba a los dioses de la creación.  Junto con las ofrendas de jade y piezas de piedra con la imagen de un rey esculpida, las máscaras sugieren una sociedad temprana maya con la misma sofisticación que el denominado periodo clásico maya que se desarrolló siglos más tarde.

Estrada-Belli dijo  que tras estos hallazgos se podría pensar que esa civilización, cuyo comienzo  se fechaba alrededor del año 300 después de Cristo,  dataría del 500 antes de Cristo.