El presidente estadounidense, George W. Bush, describió ayer las recomendaciones del informe de la Comisión de Ayuda para una Cuba Libre como una estrategia para “acelerar el día en que Cuba pueda ser libre de la tiranía”.
La Comisión presentó el lunes su informe de quinientas páginas, encaminado, según el Gobierno de EE.UU., a favorecer la transición de Cuba hacia la democracia.
El informe recomienda a Estados Unidos limitar aún más los viajes de cubano-estadounidenses a Cuba, y emitir Radio y TV Martí desde aviones para evitar las interferencias del gobierno cubano.
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Además, sugiere que es necesario reducir la cantidad máxima de viajes que hacen los cubano-estadounidenses a la isla (actualmente uno por año) a uno cada tres años y pretende ejercer un mayor control sobre las remesas que estos envían a sus familiares en la isla, actualmente con un máximo de 1.200 dólares.
A partir de ahora, sólo podrán enviar dinero los familiares directos (hijos, padres, abuelos, cónyuges y hermanos) y ya no podrán hacerlo, entre otros, tíos y primos.
La comisión la presiden los secretarios de Estado, Colin Powell, y de Vivienda, el cubano-estadounidense Mel Martínez. El informe propuso aumentar en 29 millones de dólares el actual presupuesto destinado a la lucha contra el régimen de Castro en Cuba, hasta un total de 36 millones.
Esos fondos provienen del Departamento de Estado y la Agencia para el Desarrollo.
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En Miami, Jorge Mas Santos, líder de la Fundación Nacional Cubano-Americana dio la “bienvenida” a las medidas, aunque resaltó que “hay que ver qué ofrece John Kerry”, el candidato demócrata adversario de Bush para las elecciones presidenciales de noviembre próximo.
Más de 400.000 cubano-estadounidenses votan en Miami y en el 2000 apoyaron masivamente a Bush, contribuyendo a su apretada y decisiva victoria en este estado.