El gobierno peruano advirtió este martes de más violencia en un poblado andino cercano al Lago Titicaca, donde una turba enardecida linchó a su alcalde y a uno de sus asesores a quienes acusaban de corrupción.
 
El alcalde de Ilave, Cirilo Robles, fue secuestrado el lunes junto a cuatro regidores y 15 personas por miles de campesinos, que protestaban desde inicios de abril contra su gestión acusándolo de malversar fondos en esa zona de extrema pobreza del departamento de Puno, en la frontera con Bolivia.
 
Según testigos en Ilave, en lo que calificaron un "ajusticiamiento popular", los campesinos después de linchar a Robles, arrastraron su cuerpo por las calles y lo ataron a un poste, para luego dejarlo debajo de un puente.
 
"La situación es muy complicada. Ha habido una turba de unas 2.000 personas ahí toda la madrugada (...) las comunidades aledañas están nuevamente bajando hacia la ciudad, y se calcula que en algunas horas se pueda dar una concentración muy, muy grande", dijo el martes el ministro del Interior, Fernando Rospigliosi.
 
"En Ilave hay varios miles de personas acantonadas y otros miles tratando de regresar ahora. Se ha sacado a los heridos y al cadáver del alcalde del hospital, la policía se ha retirado para evitar más violencia", agregó a RPP radio.
 
Más de 3.000 pobladores de Ilave, ubicado a más de 1.330 kilómetros al sudeste de Lima, habían bloqueado el lunes una carretera y un puente, pero la policía no pudo repelerlos.
 
El oficial de la policía de Puno, Juan Valencia, aseguró a Reuters que la noche del lunes obtuvo el reporte de la muerte de un hombre de confianza del alcalde, mientras los medios locales informaban sobre la muerte de uno de los regidores.
 
Rospigliosi dijo que tenía información de un nuevo fallecido, pero que aún no estaba confirmado.
 
Se desconoce el paradero de varios de los secuestrados.   
 
Aymaras como "fuente ovejuna"
 
Robles, quien había huído de Ilave varias semanas antes, estaba advertido de no regresar al pueblo, según Rospigliosi.
 
Una comisión oficial y de miembros de la Iglesia llegó a Puno y se quedó en una isla del Lago Titicaca, cercana a Ilave, para dialogar el martes con los campesinos.
 
"No es posible resolver estos problemas con la fuerza, en general la situación se está tratando de resolver mediante algún tipo de negociación porque la multitud es tan grande", acotó el ministro, quien dijo que la situación es incontrolable porque 200 policías no pueden luchar contra 15.000 personas.
 
Luis Thais, uno de los miembros de la comisión oficial, calificó al hecho "casi como Fuente Ovejuna" citando la obra del poeta y dramaturgo español Félix Lope de Vega. "No se puede tomar la justicia con las manos, para eso hay leyes", agregó.
 
Los pobladores de Ilave pertenecen a la comunidad aymara,  aguerrida etnia amerindia que habita la alta meseta del Lago Titicaca y que fueron conquistados por los Incas el año 1450.
 
"Tienen otra cultura, pero esa violencia no es justificable de ninguna manera, no hay ningún código cultural que pueda justificar acciones así!. No debemos decir que ellos aplican su propia justicia, eso no es democracia", dijo Rospigliosi.
 
"Los aymaras somos inteligentes, pacíficamente hemos hecho nuestro paro, pero el problema es que este alcalde se fugó, se burló de nosotros. Así llegamos a este gran caos, esto es tierra de nadie", dijo un poblador de Ilave a una radio local.