“Recomiendo La pasión de Cristo, porque es un drama que está muy bien tratado. Aunque es bien fuerte, da herramientas para saber cómo sufrió Jesucristo en realidad. Hace tomar conciencia y crea la necesidad de acercarse más a la historia para saber cómo sucedió todo.

Si quien va a ver la película no es creyente, al salir de la sala de seguro que empezará a creer, porque demuestra todo lo que Cristo fue capaz de hacer por nosotros. Creo que hay que estar preparado emocionalmente para verla, porque deja una sensación dolorosa”.