El concierto que ofrecieron 32 campanas de las iglesias del Centro Histórico de Quito, el domingo por la noche, logró una afluencia masiva de gente, que acudió al Panecillo, al parque del Itchimbía o al centro de la ciudad para atenderlo.
Las campanas recogieron la obra del español Llorenc Barber; el espectáculo fue parte del Tercer Festival Internacional de Música Sacra.
Publicidad
Una hora antes del concierto dejó de caer una fuerte lluvia sobre toda la ciudad, eso bastó para que los quiteños, residentes en la ciudad y visitantes, pudieran disfrutar del evento. Al parque de Itchimbía, en recuperación, acudieron cerca de mil personas, la mayoría tuvo que caminar más de seis cuadras para llegar al lugar de concentración, debido a la falta de parqueaderos y la congestión de vehículos en la zona.
Una vez que empezó la primera campanada, que se escuchó levemente, los centenares de familias presentes en el Itchimbía callaron. Durante veinte minutos la melodía captó la atención de la gente; poco a poco, el público se retiró porque, desde el sitio, el nivel sonoro no era el adecuado.
Publicidad
Eloísa López (55) se fue temprano junto a su familia. “No se puede escuchar bien (...) escuché por radio (retransmisión en vivo) y me pareció excelente”, dijo.
“Creo que era mejor ir al centro de la ciudad, yo ya no escucho muy bien y había mucho tráfico”, manifestó Gonzalo Proaño (60), quien acudió con tres familiares más.
El Centro Histórico de la capital permaneció peatonizado hasta las 21h00 para facilitar la circulación de las personas por las iglesias.