Es una visión desencantada, pero profundamente reflexiva y analítica, la que se halla en la obra  ‘Réquiem por un país perdido’. Es un libro de 445 páginas que recoge textos publicados por el escritor argentino  en las décadas del 80 y 90. Y otros recientes. La obra la editó  Editorial Aguilar.

El autor afirma que para construir el futuro se requiere comprender el presente y dejar de negar el pasado.

Tomás Eloy Martínez ganó  en el 2002 el Premio Alfaguara de Novela con la obra El vuelo de la Reina, en la que narra la historia de amor (o desamor y venganza) de un director de un popular medio de comunicación con una joven periodista llamada Reina Remis. Con una estructura que mezcla el pasado  con el presente, Martínez construye una pieza en la que indaga en los límites de la pasión humana y  en los alcances del poder.

Pero si bien con este galardón accedió al gran público, no es allí donde comienza la carrera literaria de este argentino, nacido en Tucumán en 1934.  Martínez tiene un largo camino recorrido y títulos que son emblemáticos en  la literatura de Argentina y Latinoamérica, como La novela de Perón, que publicó en 1985, o la aclamada novela Santa Evita, que data de 1995, y que se basa en la legendaria Evita Perón. En esta pieza cuenta el peregrinaje del cadáver de la mujer que en vida fue el hada y la inspiración de los descamisados, como ella llamaba a los pobres; de esta actriz provinciana algo tosca en su juventud, que  se convierte en una leyenda, en una persona que mueve masas y cuya  imagen provoca, con igual intensidad, odio y adhesiones.

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En mayo próximo, Martínez presentará su novela El cantor de tango, que narra la vida de Argentina en el siglo XX, en la que  los hechos se desarrollan entre septiembre del 2001 y enero de 2002. A la par,  trabaja en una nueva obra titulada  Mujer de vida, que, asimismo,  habla de la vida argentina.

Uno de los temas recurrentes de las obras  de este escritor es Argentina y su gente, ese país del que tuvo que salir exiliado en su juventud, pero al que ahora siempre vuelve. Está radicado en los Estados Unidos, donde se desempeña como director del Programa de Estudios Latinoamericanos de la Rutgers University, en New Jersey, de la que es, además, profesor. A su país lo lleva en la memoria y también lo recorre siempre, lo palpa, lo ve, por eso lo escribe y describe, en sus ficciones y ensayos.

Recientemente, con el sello Aguilar, apareció Réquiem por un país perdido, un libro de ensayo en el que se refiere a los mitos, a las creencias, al derrumbe económico, al presente doloroso de Argentina. En realidad no se trata de una nueva obra. Es una especie de reedición. En 1998, Martínez la presentó con el nombre de El sueño argentino. En ella recopilaba artículos que escribió en las décadas del 80 y 90 y que aludían, según sus palabras, “a los sueños de grandeza, a todo lo que quisimos ser y nos fue negado, a todo lo que la Argentina habría podido ser si hubiera querido”.

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En Réquiem por un país perdido suprimió muchos de los ensayos incluidos en aquel volumen, según explica en el prólogo, ya sea porque le parecieron inapropiados o porque el paso del tiempo fue desviándolos de su sentido original, e incorporó escritos “en los que se desnudan las falsías de la década anterior y se describen las ruinas que sobrevinieron”, revela.

Concluye que como se trata casi de otro libro, con un orden que también es nuevo, el título es otro: “El país del que hablaba entonces ya no es el mismo, y en el que sobrevino no hay lugar para los sueños. Aún está por verse qué horizontes se abrirán más allá de las decepciones y desesperaciones últimas”, anota.

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En esta obra hay una confesión contundente de Martínez: “Creí que de todos los libros que he escrito, este iba a ser el menos íntimo. Al releerlo he descubierto, sin embargo, que casi todo lo que soy está en sus páginas”. Y el lector así lo siente.

Es un libro que habla de un territorio, de una sociedad que quebró su rumbo, pero en el que se hallan   también las convicciones, las certezas y desesperanzas del autor.

LA OBRA Y EL AUTOR
* Réquiem por un país perdido se divide en ocho capítulos, titulados: Caídos del mapa, Cuesta abajo,  Una dinastía sudamericana, Seres de odio, Prensa y poder, Final sin fin, No llores por mí y  La riqueza abandonada. Cada capítulo contiene entre seis y once  artículos.

*Tomás Eloy Martínez también ejerce el periodismo. Es colaborador habitual de La Nación, de Argentina; El País, de España; y The New York Times, de Estados Unidos. Sus libros se han traducido a 36 idiomas.

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