Un amigo fue visitado por supuestos ladrones que ingresaron nada menos que abriendo como una lata de sardinas, una gran puerta de seguridad de una conocida marca en el país. Los fabricantes de la poderosa, inviolable e indestructible puerta, como se desprende de su publicidad, se han negado a reponer su aparente falla de producción o instalación; y dicen no tener nada que responder por el perjuicio de más de $ 200.000 que se llevaron los presuntos ladrones. ¿Es esto legal? ¿Existe delito por publicidad engañosa? ¿La Defensoría del Consumidor debería actuar?

Lcdo. Galo Castillo Vareles
Guayaquil