Un museo de cera en Berlín, donde se mostraba una imagen de tamaño real del líder nazi, Adolf Hitler, ha resultado tan polémico que es muy probable que sea clausurado.
 
Como recuerdo de cuán sensible es el pasado nazi de Alemania, casi 60 años después del fin de la Segunda Guerra Mundial, el banco alemán propietario del edificio donde está la Galería Artel y su figura de Hitler, ha pedido al museo que abandone el local.
 
"Tuve que deshacerme de Hitler", dijo el viernes la directora del museo, Inna Vollstaedt. "Los dueños (del edificio) han cancelado el contrato de arrendamiento y me han dicho que cierre a partir de hoy. Estoy muy desencantada".
 
Según Vollstaedt, el banco estaba preocupado por que lo fueran a vincular con los nazis y le pidió que abandonara la sede del museo lo antes posible.
 
"Estaban hartos de las querellas constantes por teléfono. Al parecer, hubo gente en las calles de Israel protestando por la figura", dijo Vollstaedt, quien nación en Rusia.
 
Funcionarios del Banco Hipotecario Wuerttembergische, que según Vollstaedt es propietario de la firma de bienes raíces a la que pertenece el edificio, no estuvieron disponibles de inmediato para hacer comentarios al respecto.
 
La figura de cera de Hitler comparte una habitación con sus adversarios, Joseph Stalin, de la ex Unión Soviética, el ex presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt, y el entonces primer ministro británico Winston Churchill, que miran hacia el punto de control Charlie, que durante la Guerra Fría sirvió de cruce fronterizo entre Berlín Occidental y Berlín Oriental.
 
 El periódico de mayor venta en Alemania, Bild, dijo que el museo de cera, que incluye figuras de personajes célebres, como el co-fundador de Microsoft, Bill Gates, y la difunta princesa Diana de Gales, era un "espectáculo macabro".
 
"Se debe eliminar esta figura (de Hitler) antes de que el punto de control Charlie se convierta en un centro de peregrinación para los neonazis", dijo Lea Rosh, la mujer que lanzó en Berlín la campaña para erigir un monumento en memoria de las víctimas del holocausto, según el diario Bild.
 
Vollstaedt, quien dijo haber perdido la mitad de sus parientes durante el estado de sitio de 900 días que los nazis impusieron a Leningrado en la época de la Segunda Guerra Mundial, desestimó las sugerencias de que estaba tratando de glorificar la figura de Hitler y culpó a la prensa por todo el furor.
 
"Los visitantes que venían a verlo decían que la prensa se había equivocado al desatar tanta algarabía por esto", añadió. "Dijeron que se alegraban de poder mostrar a sus hijos a este individuo que comenzó la guerra e hizo tantas cosas horribles".