Ni las nominaciones a los premios Oscar y a los Bafta,  ni que haya sido dirigida por Alejandro González Iñárritu,  el mexicano que conquistó a la industria cinematográfica en el 2000 con la película  Amores perros,   han sido suficientes motivos para que la cinta 21 gramos (Estados Unidos,  2003) llene las salas de cine guayaquileñas y provoque el impacto de taquilla que han logrado otros filmes, como El señor de los anillos o Alguien tiene que ceder, por citar dos ejemplos.

Que el filme no convoque a un público masivo, no significa que carezca de méritos. Los tiene.  Pero sabido es que   no  siempre calidad y taquilla van de la mano y 21 gramos parece confirmarlo.

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La cinta de González Iñárritu posee  una compleja estructura narrativa que se maneja desde los primeros minutos, e incluso podría llegar a confundir al espectador,  ya que se presentan escenas aparentemente inconexas.

Parece que en este filme el director mexicano tratara  que la audiencia arme   un rompecabezas, como lo hizo en Amores perros,  con la diferencia  primordial que aquí,  en vez de contarse  tres historias que extrañamente están íntimamente ligadas,   cuenta una sola  que está narrada desde tres ópticas distintas,  desde las realidades de los actuantes de tres escenarios diferentes que están involucrados en ella.

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Esto se resume en la  escena en la que Paul Rivers (Sean Penn) le dice a  Christina Peck  (Naomi Watts) un poema de Eugenio Montejo: “La tierra giró para acercarnos / giró sobre sí misma y en nosotros, / hasta juntarnos por fin en este sueño / como fue escrito en el Simposio. (...)”.

Una de las fortalezas del filme es que el elenco lo integra un destacado grupo de actores (Watts,  Penn y Benicio del Toro),  que interpretan a personajes  con marcados  conflictos individuales,  que implican a la moral,  a la religión,  a las relaciones sentimentales,  etc.  Aunque el elemento sorpresa desaparece en esta película, la fuerza narrativa de las escenas secude.

La película fue calificada como “dura, inteligente, implacable y provocativa” por el diario Washington Post, y como “un punto de vista extraordinariamente satisfactorio” por The New York Times. El público de la  ciudad puede formarse su propia opinión. 21 gramos aún está en las carteleras de los cines guayaquileños.