Argentino se marchó y  Juan Ramón Silva es el nuevo técnico azul.

Con una mirada furtiva, mordiéndose los labios como para contener las lágrimas, se despidió ayer Néstor Craviotto de la cancha del Polideportivo de Los Samanes, donde entrenaba Emelec, el equipo que dirigió hasta el domingo pasado cuando ganó 2-0 a Espoli en el Capwell.

Minutos antes había reunido a los jugadores a un costado de la cancha. Con sus asistentes: Roberto Zapata, Daniel Tarabini y Rodrigo Anaya les habían deseado lo mejor para el futuro. Pero también les dijeron que, por el impasse que hubo –el lunes pasado– con el directivo Gustavo Gutiérrez, preferían decir “gracias” y retornar a su Argentina, donde esperan tener la oportunidad para volver a dirigir pronto.

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No se conocieron más detalles de la conversación, que duró unos veinte minutos. Pero cuando los abrazos fuertes y los besos en las mejillas (costumbre de su país) habían pasado, Craviotto fue a hablar con Héver Caballero, el gerente del club azul, quien le entregó los boletos de regreso a Buenos Aires, adonde posiblemente retornarán mañana.

Mientras ellos dialogaban en otro sector, específicamente donde los utileros guardan la indumentaria del equipo, Tarabini recogía una caja de cartón. El hombre que trabajó directamente con los porteros Daniel Viteri y Rorys Aragón estaba triste. Y cuando se refirió a la intempestiva salida reconoció que si su amigo Roberto Zapata reaccionó fue por algo grave, porque de los cuatro es el más tranquilo.

Con un cartón parecido salió del complejo Zapata, el maestro que ha tenido Craviotto en el inicio de su carrera como técnico. Fue él quien defendió al grupo de trabajo el lunes pasado, durante la reunión con la comisión de fútbol. Allí se disgustó con Gutiérrez por las declaraciones que este dio el domingo último tras el partido con Espoli, cuando criticó el cambio de Cristian Noboa por Xavier Intriago, quien –según Craviotto– “tiene madera” para grandes cosas, si es que sabe explotar las condiciones que tiene.

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Anaya, quien fue preparador físico, cree que con su actitud el dirigente “rompió un pacto”. Zapata, el único entrenador argentino que ha ganado  todas las categorías de ascenso en su país, coincide. Dice que cuando vinieron a Emelec acordaron que el tema futbolístico solo se lo hablaba entre cuatro paredes. Por eso, según ellos, Gutiérrez les falló.

Después de la polémica, el directivo ha dicho que la hinchada debe estar tranquila. Que la institución está corrigiendo y que todo cambiará para bien de Emelec, club que hoy –a través de su presidente, Jorge Arosemena– brinda una comida al cuerpo técnico.

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Así lo confirmó ayer, antes del mediodía, el propio Craviotto, después de recibir una llamada del timonel azul, quien se encontraba en Cuenca acompañando al alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot.

El entrenador se mostró agradecido con el trato que ha recibido de Arosemena, a quien calificó como una gran persona. Pero dice que por dignidad prefirieron irse, porque –pese a que era su debut internacional– llegó a Guayaquil con muchas ilusiones y anhelaba terminar el 2004 con una gran campaña. Hoy todo quedó trunco, porque no se respetó su espacio. Y se marchó con la intención de haberlo intentado, porque su obra en Emelec quedó inconclusa.

Con ese pensamiento se despidió Craviotto, mientras sus ojos se humedecían por la pena del prematuro adiós.

AZULES
Puntos
Con el técnico Néstor Craviotto, Emelec ganó tres partidos en el estadio Capwell. Acumula nueve puntos, cinco goles a favor y siete en contra.

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55 días
Craviotto trabajó 55 días en Emelec, desde el 20 de enero hasta el 14 de marzo pasado.

Foráneos
Durante su permanencia en Emelec, Craviotto contó con tres foráneos: Juan Azconzábal, Darío Bustos y Rubén Ferrer, y el nacionalizado Cristian Bottero. Bustos fue separado.