Consciente de que la economía es su punto débil, el Presidente viajó a Ohio, estado que ha perdido más de 200.000 empleos desde que llegó al poder, para convencer a su audiencia de que el mercado laboral se está recuperando gracias a sus políticas.

Ante un grupo de mujeres empresarias en Cleveland, Bush volvió a culpar de las dificultades a la recesión que heredó al llegar a la Casa Blanca, a los atentados del 11 de septiembre de 2001 y a los escándalos financieros en varias grandes empresas.

Por esta razón, consideró que hay que evitar que los demócratas consigan la presidencia, porque pondrían en marcha políticas “trasnochadas y derrotistas”, como el aumento de la presión fiscal y la construcción de barreras al libre comercio internacional.

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En Chicago (Illinois), Kerry volvió a arremeter contra la política económica de Bush.

El demócrata ha prometido que si logra la presidencia dará marcha atrás en el recorte de impuestos aprobado el 2003 por Bush para aquellos ciudadanos que ganen más de 200.000 dólares al año.