La actriz Frances Dee, una de las últimas estrellas de los años dorados de Hollywood, murió dejando un legado resumido en la leyenda de que era demasiado bella para trabajar en Lo que el viento se llevó, dijo ayer su familia.
Dee, de 94 años, murió el sábado pasado en un hospital de Norwalk, Connecticut, tras sufrir una embolia mientras visitaba a sus hijos.
Retirada del cine en la década de 1950 para cuidar de su familia, fruto de su matrimonio de 57 años con el fallecido héroe de las películas del oeste, Joel McCrea, Dee formó parte de una brillante generación de estrellas.
Entre sus compañeros de promoción estaban Gary Cooper, Bette Davis, Frederic March y Katherine Hepburn.
Entre sus películas, las más recordadas son I Walked with a Zombie y Blood Money. Sin embargo, el nombre de Dee pasó a formar parte de las leyendas de Hollywood cuando su belleza le costó el trabajo en una de las películas más conocidas de la historia del cine: Lo que el viento se llevó.
Dee era la preferida del director original de la cinta, George Cukor, para el papel de Melanie Hamilton, la mujer que compite con la protagonista Scarlett O’Hara por el corazón de Ashley Wilkes.
La idea no fue compartida por el productor de la cinta, David O. Selznick, que pensó que Dee era demasiado bella y eclipsaría a la actriz Vivien Leigh como la arrebatadora O’Hara.
Finalmente sería Olivia de Havilland la que se llevaría el papel de Melanie.