La lucha para frenar las fumigaciones en la frontera norte es uno de los objetivos de la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH). Así sostiene su vicepresidente, Alirio Uribe, uno de los dirigentes del 35º Congreso Mundial de Derechos Humanos, que terminó ayer con la participación de 150 países.

Uribe considera que las fumigaciones constituyen casi una guerra química que ocasiona daños a la naturaleza, a los alimentos y a las personas que viven en la región.

Pregunta: Ustedes no han logrado frenar las fumigaciones, ¿pierden la lucha?
Respuesta: No creo. Ya hubo un fallo del Tribunal Contencioso y Administrativo de Cundinamarca que ordenó suspender las fumigaciones en todo el país.

P:
Pero el gobierno de Álvaro Uribe no acogió el fallo.
R: El presidente (Uribe) dijo que lo sentía mucho, pero que no iba a cumplir esa sentencia porque tenía que cumplir acuerdos internacionales.

P:
¿Y qué resolvieron?
R: Seguir monitoreando la situación de derechos humanos, que se mantiene en niveles muy graves de violencia.

P:
¿Y eso es suficiente?
R: No, pero esperamos el fallo del recurso de apelación, que se tramita en el Consejo de Estado, en Colombia. Si la decisión favorece a derechos humanos, el presidente Uribe deberá acatar la resolución como cualquier otro ciudadano.

P:
¿En qué instancia de los derechos humanos internacionales calza el reclamo de Ecuador por las aspersiones?
R: Está en la Convención de Viena, que señala que un país no puede afectar a otro. Los químicos de las fumigaciones han pasado al Ecuador por acción del viento o porque los aviones fumigadores lo han hecho. Esto afecta a los campesinos y es motivo del reclamo.

P:
¿Cuál es la salida?
R: Frenar las fumigaciones, ya que fumigar los sembrados de coca es como tratar de acabar el tabaquismo en EE.UU. fumigando en California los sembrados de tabaco.

P:
Pero el gobierno colombiano piensa que las fumigaciones son una herramienta para combatir el narcotráfico.
R: Pero no es la salida. Las fumigaciones son casi como una guerra química por sus efectos nocivos.

P:
¿Entonces cobran otra categoría?
R: ¿Y algo que mata tantos seres no es una guerra? Esta casi guerra química debe estar proscrita en cualquier parte del mundo.

P:
¿Cree que frenando las fumigaciones se acabará el problema de los desplazados? R: No totalmente. Al problema de los desplazados hay que darle importancia porque genera conflictos y pobreza en los vecinos. Si en una ciudad del Ecuador hay problemas de educación y llegan los desplazados a competir los pocos cupos escolares, se crea otro conflicto: la xenofobia. A nosotros nos han denunciado problemas de xenofobia que viven los colombianos.

P:
¿Y tramitarán esas denuncias?
R: No. Entendemos el problema. Los desplazados son colombianos pobres que vienen a competir con ecuatorianos pobres y eso hay que comprender.

P:
¿Y la visa contribuiría a frenar el desplazamiento?
R: No. Las visas complican a los legales: comerciantes, profesionales, turistas. Los narcotraficantes, guerrilleros y delincuentes entran en avionetas, por la selva o por otros lados. Y vienen sin visa.