El cantante español Alejandro Sanz derrochó profesionalismo y emocionó a los alrededor de 15.000 espectadores que asistieron anoche a un concierto en Quito en el que no sólo interpretó su música actual, sino la que le abrió el camino a la fama hace una década.
 
El concierto de Sanz se presentó como una propuesta social en la que abundaron mensajes sobre la vida, el planeta, la muerte y el ser humano, entre otros aspectos.
 
Con coros y toda su banda, abrió la noche con "Piénsalo bien", con un lienzo inmenso sobre el que las luces pintaron figuras abstractas y varias frases de reflexión.
 
Con sus clásicos vaqueros, camiseta y chamarra, el cantante español, hizo delirar a su público, mayoritariamente femenino, con "Eso", "Quisiera ser" y "Cuando nadie me ve". 
 
Con siluetas y rostros de mujeres en blanco y negro sobre el lienzo del escenario, interpretó "Bajo la lluvia" dejando una frase pintada que rezaba: "Que será de las ventanas cuando nadie se asome a ellas".
 
"La fuerza del corazón", fue el viaje a los años 90, cuando Sanz se identificó con los temas románticos que son hasta hoy su mayor intento por demostrar que el amor es también libertad, como señala.
 
Guitarra en mano, liberó emociones del público al interpretar "Regálame la silla donde te esperé", tema de su último trabajo, además de "Yo he sido tan feliz" y "Dicen".
 
"Solo quiero que sonrían y disfruten y que por un momento se olviden de lo que esta pasando en Ecuador", expresó al reiterar mensajes de amor, libertad y vida.
 
"Lo ves", uno de los temas favoritos de sus seguidores, dio paso a "Sandy a orillas de mundo".
 
Además, temas como "El alma al aire" y "Y solo se me ocurre amarte" estremecieron a un público de dejó ver grandes pancartas con frases de cariño a Sanz y su hija Manuela.
 
Intentó dejar el escenario tras interpretar "Corazón Partío", pero los incansables gritos de sus seguidores lo volvieron al escenario con una nueva vestimenta y cargado de canciones del recuerdo.
 
Sin su banda, se adueñó del piano e interpretó "Y si fuera ella", "Amiga mía" y "Mi soledad y yo".
 
El espectáculo terminó con "No es lo mismo" y con decenas de fanáticos secándose lágrimas de emoción.