De hacerse realidad el eje Manta-Manaos, una   propuesta de la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA) de la Corporación Andina de Fomento (CAF), Ecuador podría mejorar su competitividad en sus exportaciones. Sin embargo, no cuenta con embarcaciones adecuadas para el traslado de productos y pasajeros.

Ese será un desafío para el país, afirma José Marín, científico que trabaja en la Escuela Politécnica del Litoral (Espol), en experimentos de diseños de modelos de barcos  fluviales. Explica que en el mundo desarrollado no se construye el tipo de embarcaciones que se necesitarán para surcar los ríos orientales, donde la profundidad del agua es menor al mar abierto.

Con recursos obtenidos por la Fundación para la Ciencia y la Tecnología (Fundacyt) Marín y el equipo a quien dirige, de la Facultad de Ingeniería Marítima de esa universidad, pretende desarrollar un modelo con formas adecuadas. Experimentan con un modelo construido a escala reducida (unos 90 cm de longitud, 20 de ancho y 5 de profundidad); en proporciones reales corresponde a una embarcación de alrededor de 22 metros de longitud, de 5 metros de manga (ancho) y 50 centímetros de calado (altura).

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El reto del equipo es desarrollar modelos que tengan las proporciones adecuadas, para finalmente estimar la potencia requerida por el motor, la hélice óptima y la ubicación más conveniente. Para los ensayos se construyó un tanque en donde circulará el agua que tratará de arrastrar el modelo. Se variará el nivel y la velocidad del agua con la finalidad de medir la fuerza que necesitaría el barco para resistir en la navegación. En el caso real será al revés, el agua estaría relativamente quieta y el barco moverá, pero hidrodinámicamente (estudio de los movimientos de los fluidos) el fenómeno es equivalente.

Los sensores evitarán que la toma de datos sea manual. En un experimento anterior, señala Marín, se trató de hacer registrar valores manualmente, pero los cambios eran tan rápidos que el proceso fue impracticable. El tanque cuenta además en su base con una ventana para observar en qué zonas del casco empieza la turbulencia.

La experimentación  pretende saber qué fuerza se necesita para avanzar a cierta velocidad y conocer los cambios, (por ejemplo cuánto se hunde) lo que se conoce como trimado (variaciones por las diversas velocidades). Los investigadores probarán con modelos en los que la hélice esté dispuesta en una especie de túnel en la parte trasera de la embarcación, lo que evitaría que se tope con el fondo del río, dada la escasa profundidad del agua.