Una aclaración que planteó desde el inicio de su conferencia el escritor mexicano Carlos Cuauhtémoc Sánchez fue que el amor en pareja está formado de tres elementos: la mujer, el hombre y la relación. Agregó que la mayoría de personas piensan que solo hay que satisfacer las necesidades físicas y momentáneas de la pareja, poniendo frecuentemente en riesgo el progreso de la relación.

Este discurso formó parte de su encuentro con el público guayaquileño la noche del pasado miércoles, en el Teatro Centro de Arte. Con  ‘La nueva relación entre hombre y mujer’ –como se tituló su charla–, el autor de Un grito desesperado trató las tres clases de amor que existen.

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El primero lo denominó «amor porque». Explicó que este surge cuando alguien quiere a otro porque ha hecho algo que satisfizo sus exigencias. Como ejemplo mencionó: “Te amo porque me compraste esto” o “te amo porque hiciste esto por mí”.

Al segundo lo llamó «amor si». Este responde a la condición de querer a una persona si cumple sus requisitos. Indicó: “Te amo si me das tal cosa” o “te amo si te portas bien”.

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La tercera clasificación es el «amor a pesar», el cual aseguró Sánchez es el que debe primar. “El amor es aceptar a mi pareja pese a que tenga diferente personalidad a la mía. Es darle la oportunidad de que ella (hombre o mujer) tenga su espacio y crezca como persona y profesional”.

El escritor mexicano también abordó al público, formado en su mayoría por matrimonios, que el noviazgo es una época para sembrar semillas y construir cimientos.

Señaló que “los jóvenes han caído en un gran error. Creen que el noviazgo es solo enamorarse de los cuerpos y mientras tienen satisfacción sexual, usualmente tienden a postergar el matrimonio, porque ya cuentan con el placer corporal que para ellos es importante”. Acotó que el sexo en esa etapa es perjudicial.

Sánchez sostuvo que dos características fundamentales que deben conservarse durante el matrimonio son la seducción y el romanticismo. Y comentó que el hombre y la mujer tienen roles parecidos, sin embargo, sus necesidades son distintas.

Afirmó que cuando se toman decisiones en pareja, estas no tienen que satisfacer al hombre o la mujer, sino a la relación. Comparó al amor con un niño que debe nutrirse y si está mal alimentado crecerá con bajas defensas y, posiblemente, llegue a morir. Con la conferencia en Guayaquil el escritor culminó una gira que empezó hace quince días por Latinoamérica.