El presidente de Bolivia, Carlos Mesa, superó con éxito la primera protesta social importante contra su gestión desde que accedió al poder en octubre pasado, gracias al acuerdo alcanzado ayer con los transportistas después de un paro nacional de dos días.

El sindicato de choferes reclamaba al gobierno la modificación de varios puntos de su programa económico, relativos a la liberalización del precio de los carburantes, al ingreso de más vehículos usados japoneses al país para su adaptación al sistema occidental, y a los nuevos impuestos al patrimonio de las empresas y a las transacciones financieras.

El documento suscrito establece la creación de comisiones técnicas para considerar las demandas de los choferes.

Publicidad

La suspensión de la circulación de los vehículos de transporte público en el país no fue total desde su inicio, el martes pasado, y se debilitó ayer, tanto por la cercanía del acuerdo con las autoridades como por el rechazo generalizado de la ciudadanía a la medida.