El presidente peruano, Alejandro Toledo, debe tener “patriotismo y coraje” para dar “un paso al costado” y ceder la gestión política a un primer ministro con un gabinete independiente, dijo ayer el director del diario El Comercio,  Alejandro Miró Quesada.

El Comercio,  decano de la prensa peruana, llevó ayer por primera vez en más de medio siglo su editorial a primera plana para solicitar a Toledo que se mantenga como jefe de Estado, pero que delegue gran parte de sus poderes en el primer ministro.

“La situación actual requiere de Toledo gran patriotismo, coraje y desprendimiento si quiere seguir sirviendo al país”, indicó Miró Quesada, quien también es vicepresidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).

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El director de El Comercio  señaló que aunque la delegación de poderes no está recogida en la Constitución es la única solución porque el país “está al borde del colapso” tras la crisis desatada por los últimos escándalos de corrupción y la baja popularidad del Presidente, que es del 7%.

De no adoptar esta solución, Miró Quesada opinó que Toledo no llegará al 2006, fecha en la que culminará su mandato iniciado en julio del 2001.

En la propuesta de El Comercio,  adoptada tras una ronda de diálogos con los principales líderes peruanos, se incluye la elaboración de una “hoja de ruta” con las principales políticas como la reforma del Estado, la lucha contra la corrupción y la descentralización, sobre las que ya existe un consenso.

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“Toledo pensó que gobernar era más sencillo y le perjudicó su falta de experiencia en política”, según Miró Quesada, quien admitió también que el mandatario se ha visto afectado “por ruidos políticos adicionales” como la mafia que dirigen el ex presidente Alberto Fujimori y su ex asesor Vladimiro Montesinos.

También consideró negativa la actitud de algunos medios de comunicación que se han dedicado más a condenar que a investigar los presuntos casos de corrupción que afectaron al entorno presidencial.

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Mientras tanto, el ministro del Interior, Fernando Rospigliosi, advirtió que el gobierno de Toledo “se  puede derrumbar” si la clase política no depone sus diferencias y lo ayuda a superar la actual crisis.

“La cuestión es complicada porque en medio de la crisis política todo el mundo quiere sacar provecho. La situación del país es muy grave y esto se puede  derrumbar con los efectos nefastos que puede traer”, declaró a la  radio RPP.