Cuenta la leyenda que cuando los Sex Pistols se reunieron en Inglaterra en 1996 para celebrar con una gira los 20 años de su formación, todo seguía igual. Bueno, casi todo. Sid Vicious había muerto de una sobredosis de heroína el 2 de febrero de 1979 mientras esperaba el juicio en su contra por el asesinato de su novia Nancy Spungen; pero aparte de eso y un par de arrugas en las caras de los demás, todo seguía exactamente igual.

Johnny Rotten Lyndon y sus dientes seguía tan detestable como cuando Steve Jones le puso Rotten (putrefacto); Jones y Paul Cook aún odiaban a Glenn Mattlock tanto como cuando lo echaron de la banda y lo reemplazaron por un fanático drogadicto que ni siquiera había tocado un bajo en su vida (Vicious), y los tres vejestorios demostraron que ellos podían tocar y sudar tanto o más que todos y cada uno de los imitadores Punk que habían tenido alrededor del planeta durante 20 años.

A fin de cuentas ellos fueron la respuesta de una clase media oprimida al virtuosismo del rock sinfónico y progresivo que había sacado de contexto para no decir que había extinguido a las bandas de garaje.
 
Sin importar que la suma de sus edades representara más de un siglo, Jones, Cook y  Rotten seguían siendo los mismos adolescentes furiosos e incoherentes que frecuentaban la tienda de discos e instrumentos Let it Rock en la Londres de los años setenta.
 
Cada barrabasada que salía de la boca de Johnny era tan absurda como cuando sus declaraciones en el Today Show de Bill Grundy, del 1 de diciembre de 1976 le costó a la banda la rescisión de su contrato con EMI Music (Contrato que por cierto había sido firmado apenas mes y medio antes, el 8 de octubre de ese mismo año).

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Era 1996 y mientras uno que otro despliegue brutal de testosterona sobre el escenario del Club 100 hacía que el público entendiera por un segundo la osadía cometida por el sello A&M al firmar a los Pistols, meses después de su salida de EMI, afuera del palacio de Buckingham en marzo de 1977, una nueva barbaridad por parte de los Pistols hacía todavía más comprensible el hecho de que el mismo sello A&M los hubiera botado 15 días después de la publicitada firma de contrato.
Volviendo a 1996, un par de semanas más tarde (tres para ser exactos), el fin de la tan publicitada reunión de los Sex Pistols terminaría de demostrar que realmente nada había cambiado: la banda había vuelto a desintegrarse tan súbitamente como cuando en enero de 1978 tras terminar una presentación en el Winterland Ball Room de San Francisco, Johnny Rotten se fuera a Nueva York.

Ocho años más tarde, en pleno 2003, cuando de 1996 solo queda The Filthy Lucre Live, un disco doble del concierto,  no hay giras ni reuniones pero lo cierto es que para los Pistols todo sigue igual. La inclusión de su trabajo Nevermind The bollocks en la casilla número 40 de la lista de los discos más exitosos de la Revista Rolling Stone es opacada por la noticia de que Johnny Rotten será  protagonista de un reality show.

No importa si usted en su vida ha oído la música que, en versión de algunos expertos, partió la historia del Rock. Bastará decirles que da igual si la oye ahora por primera vez o por segunda o por quinquagésimo cuarta; igual nada ha cambiado: Protagonistas de reality, anarquistas mercenarios o malos músicos, los Pistols y sus partituras (si acaso tuviesen una) siguen siendo sinónimo de escasez, angustia y desenfreno.

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LOCURAS
FORMACIÓN
Los Sex Pistols se formaron en 1975.

VETO
Su primera presentación en vivo fue como banda de apoyo de Bazooka Joe, en noviembre de 1975 en St. Martins College, y la violencia demostrada por sus fanáticos en el show hizo que el nombre de la banda fuera vetado del festival Punk de Francia al que ya habían sido invitados.

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CAMBIO
Siendo coherentes con su rabia e insensatez en 1977 los Pistols reemplazaron a su bajista Glenn Mattlock con el violento e inexperto Sid Vicious.

CENSURA
El segundo sencillo de los Sex Pistols, tras el impresionante Anarchy in the UK, fue God save the Queen, uno de los pocos temas censurados por la BBC de Londres pues la portada del disco era la reina Isabel Segunda con un piercing en la nariz.

DOCUMENTALES
La vida de los Pistols ha inspirado dos documentales dirigidos por Julian Temple The Great rock ‘n roll swindle en 1980 y The filth and the fury en pleno 2000.