El pago de un helicóptero que perteneció al dictador rumano Nicolae Ceausescu, y que la aseguradora Fénix del Ecuador compró para la Aviación del Ejército en 1992, enfrentan a la Comandancia de la Fuerza Terrestre y a esta empresa en un juicio que ya lleva más de doce años.
La tarde de ayer, en la Presidencia de la Corte Superior de Justicia de Quito, se realizó una audiencia de estrados dentro del proceso, para que las partes expongan sus argumentos.
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El presidente ejecutivo de Fénix, Mauricio Rojas, reiteró que su firma pagó indebidamente la aeronave, a un costo de 2,17 millones de dólares, por lo que pidió la devolución del dinero.
En su denuncia, presentada en octubre de 1992, indicó que la cancelación de este monto fue ilegal porque se repuso un helicóptero Puma accidentado en agosto de 1990, cuando en realidad el aparato destruido no estaba asegurado.
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La compañía de seguros presentó como pruebas en el proceso legal, un informe de los reaseguradores londinenses en el que se indica que los números de matrícula y de serie fueron alterados, así como los informes del accidente los redactaron los tenientes políticos de la zona.
Según Rojas, el Ejército ecuatoriano hizo estos cambios para cobrar el dinero de la póliza, y solo cuando la compañía Fénix recibió el informe de los reaseguradores, con la negativa de reconocer el pago, se enteró de la suplantación.
Sin embargo, Fénix ya había firmado un acta de finiquito para reponer el aeroplano por 3,8 millones de dólares.
Debido a la negativa de los reaseguradores, se formó una comisión que viajó a Londres. Allí se acordó que, pese a la suplantación, se reconocería el pago de la aeronave, pero en una cuantía menor, y que se daría tasas preferenciales a Fénix para continuar con el contrato de seguros.
Después de la reposición del helicóptero el acuerdo se rompió y ahora Fénix reclama la devolución del dinero.
PROCESO
NULIDAD
El comandante del Ejército, general Luis Aguas, pidió la nulidad de este juicio ya que, según su abogado Fabián Suárez, existen tres argumentos.
ARGUMENTOS
Uno de ellos es la prescripción, porque la demanda se inició por el pago de seguros cuyas acciones acaban en dos años. Según Suárez, cuando se dio la primera cita judicial, en 1993, había vencido el plazo.
Otro argumento es que la demanda de Fénix fue contra el Comandante del Ejército y que a este nunca se lo citó.