Tropas israelíes mataron ayer al menos a ocho palestinos, entre ellos un niño de 11 años, en la incursión más sangrienta en la Franja de Gaza en más de un mes, que ensombreció un nuevo intento de Estados Unidos por rescatar un plan de paz para la región.

Israel señaló que la incursión estaba destinada contra extremistas de Jihad Islámica y Hamas, que atacan a la colonia judía de Netzarim.

En el ataque participaron tanques israelíes y bulldozers blindados y se produjo en momentos en que el enviado estadounidense, John Wolf, dialogaba con  el primer ministro palestino Ahmed Quorei, en la ciudad cisjordana de Ramala. “El sangriento mensaje ha sido recibido (...) y el pueblo palestino sabrá cómo responder a él”, dijo Mohamed Al-Hindi, líder de la Jihad Islámica.