La obra más representativa del artista rumano Constantin Brancusi (1876-1957), uno de los escultores más novedosos y revolucionarios del siglo XX, se expondrá desde este jueves, en la Tate Modern de Londres.
 
La muestra "Constantin Brancusi: la esencia de las cosas" ha sido organizada por la Tate Modern en colaboración con el Museo Guggenheim de Nueva York y se exhibirá en Manhattan el próximo junio, después de su estancia en la capital inglesa.
 
Su ruptura de la forma y sus innovaciones técnicas y figurativas han hecho que Brancusi sea considerado como el Picasso de la escultura.
 
Esta es la primera retrospectiva exhaustiva del artista que se presenta en el Reino Unido y se compone de más de 35 obras procedentes de diversos museos, como el Pompidou de París o el Guggenheim de Nueva York.
 
En la presentación de la muestra, los organizadores resaltaron las dificultades prácticas para montar la exposición, debido a que la fragilidad de algunas de las esculturas complicaron su traslado.
 
Nacido en 1876 en Rumanía, Constantin Brancusi se trasladó en 1876 a París -supuestamente hizo el trayecto a pie-, donde creó la mayor parte de su obra y se movió en los círculos vanguardistas de Montparnasse junto a Picasso, Modigliani, Joyce o Satie.
 
Brancusi fue uno de los pioneros en la escultura moderna al introducir por primera vez la abstracción y el primitivismo.
 
"Estaba obsesionado por la sencillez absoluta y por ello experimentaba con nuevas formas", comentó hoy Carmen Giménez, directora del departamento del siglo XX en el Museo Guggenheim de Nueva York.
 
"Trabaja para penetrar más allá de la forma, hasta la esencia de las cosas", afirmó Matthew Gale, director del mismo departamento de la Tate Modern.
 
En la exposición se incluyen obras como la revolucionaria "El beso" de 1908, la primera de una serie de esculturas con el mismo nombre en las que Brancusi logró un equilibrio entre los cuerpos y la piedra que permanece inalterada.
 
También se encuentra en la Tate "El beso" de 1916, pero no el de 1907-08 debido a que sus dueños rumanos alegaron no querer exponerse a que alguien reclame su custodia en el Reino Unido.
 
Posteriormente, el artista eliminó los elementos secundarios y esculpió cabezas, etapa que culmina con una obra de forma oval, "El comienzo del mundo", de 1920.
 
También se exponen en la muestra sus trabajos en madera y bronce, que denotan la influencia de otras culturas -especialmente la rumana y africana- y la evolución hacia la abstracción.
 
Finalmente han sido incluidas también esculturas de pájaros que creó durante tres décadas, que son progresivamente más verticales.
 
La exposición permanecerá abierta en la Tate Modern de Londres hasta el 23 de mayo.