La primera misión fue rusa, en 1960. Hoy, la segunda sonda de NASA
ya envía fotos a color.

La probabilidad de colonizar Marte, el deseado planeta rojo, vecino de la Tierra, es cada vez menos lejana. Y es lo que creen, fehacientemente, los científicos de la Agencia Espacial Estadounidense (NASA, por sus siglas en inglés) y de la Agencia Europea del Espacio (ESA).

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Pues han sido 44 años de intentos constantes. El primero, según los registros de la ESA, fue de Rusia en 1960, cuando envió su llamado Korabl 4, un orbitador que tuvo fallas en su lanzamiento.

The Planetary Society, considerado el grupo  de interés espacial más grande del mundo, fundado en 1980 y presente en 140 países, señala que desde 1960  se han enviado 34 misiones a Marte: de ellas  24 fracasaron y 10 resultaron exitosas.

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Los últimos contactos con suelo marciano, incluso, han permitido que la NASA y la ESA se acerquen para hacer exploraciones conjuntas y determinar, finalmente, si hay vida o no en aquel lejano lugar.

Opportunity se devela
El robot norteamericano Opportunity, que se  posó el fin de semana anterior sobre Marte, desplegó su antena de largo alcance para  comunicarse directamente con la Tierra sin pasar por satélites en órbita  alrededor del planeta rojo, informó la  NASA.
   
Así lo declaró uno de los  responsables de la misión Jim Erickson, durante una conferencia de prensa en el  Laboratorio de Propulsión a Chorro de la Nasa en Pasadena (California).
   
La antena  UHF  está ya operacional y  ha permitido al robot transmitir  datos  a través de los satélites norteamericanos Mars Global  Surveyor y Mars Odyssey.
   
Los científicos de la misión Mars Exploration Rover constataron un pequeño  problema de funcionamiento del aparato de calefacción del robot, que se inicia  de manera intempestiva, dijo Erickson.
  
Los ingenieros de la NASA no han ensamblado todavía todas las imágenes en  color enviadas por Opportunity para armar una primera vista de 360 grados del  sitio marciano donde se posó el robot, en el Meridiani Planum, en las antípodas  de su gemelo Spirit.
  
La NASA difundió solo una primera imagen en tres dimensiones del  afloramiento rocoso cerca del robot, haciéndolo particularmente familiar.  “Muchos  dirán que tienen cosas parecidas en su  jardín”, bromeó Andrew Knoll, científico de la misión.

La formación rocosa intrigó a los científicos porque podría contener pruebas de que el lugar en que se posó Opportunity fue otrora muy diferente, quizá con agua suficiente para sostener vida. La NASA espera que será investigada  cuando la sonda abandone su cápsula de aterrizaje dentro de dos semanas.  Las dos sondas enviadas por la NASA  (la Spirit, lanzada el 10 de junio del 2003  y la Opportunity, enviada un mes después) cubren una misión valorada en 820 millones de dólares.