En Rayuela el autor se enfrenta al reto de expresar en forma novelada  interrogantes que los filósofos se plantean en términos metafísicos.  El 2004 es un año dedicado a él.

El 2004 fue designado el año Cortázar. La razón es que se cumplen 20 años del fallecimiento del narrador, poeta,  ensayista y dramaturgo Julio Cortázar.  Su literatura sigue vigente. Prueba de ello, es que sus seguidores realizarán –a través de instituciones artísticas– varias actividades en las que él será la figura principal.

Una de las que, quizás, se ubica entre las más importantes, será la exposición denominada Presencias, que se efectuará en abril próximo en la capital colombiana, Bogotá, durante la Feria internacional del Libro.  La exhibición no solo incluirá las obras literarias de este escritor nacido en Bruselas en 1914, también la integrarán secciones sobre las relaciones del autor con el cine y la pintura.

Un poco de historia
A pesar de haber nacido en Bruselas, Cortázar es considerado argentino, puesto que cuando  era muy pequeño,  sus padres se trasladaron  a Buenos Aires. Estudió en la Escuela Normal de Profesores y fue profesor de Lengua y Literatura francesa en varios institutos de la provincia de Buenos Aires, y más tarde en la Universidad de Cuyo. En 1951, por una especie de exilio, viajó a París, donde consiguió una beca para realizar estudios. En esta ciudad pasó a ser traductor de la Unesco.
 
Entre sus  novelas están Los reyes (1949) y  Los premios (1960). También hizo  varios libros que integran relatos. Entre otros textos  se pueden mencionar Todos los fuegos, el fuego (1966) y Las armas secretas (1969). Además publicó Octaedro (1974)   Alguien que anda por ahí (1977),  y Queremos tanto a Glenda (1980). En 1963 escribió la novela Rayuela,  que le permitió conseguir un sitial importante en la literatura universal.  

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Con esta obra, que el año pasado cumplió 40 años de ser concebida, él mismo refería  que quería “superar el falso dualismo entre razón e intuición, materia y espíritu, acción y contemplación para alcanzar la visión de una nueva realidad, más mágica y más humana”. Cortázar fue un defensor a ultranza del movimiento socialista cubano. Toda su vida apoyó al régimen de Fidel Castro y también al movimiento sandinista de Nicaragua.  De su cercanía con este último, surgió el libro Nicaragua tan violentamente dulce. Murió de leucemia el 12 de febrero de 1984 en la ciudad de París y enterrado en el cementerio de Montparnasse.  En 1986 la editorial Alfaguara emprendió la publicación de las obras completas de Cortázar, incluso aquellas que habían permanecido inéditas hasta su muerte. 

Fuente:  Agencias, www.literatura.org, www.epdlp.com, www.mundolatino.org, www.booksfactory.com/ writers/ cortazar.