Mientras la obra final se perfila, José Martins Brandao, gerente de Ingeniería del Proyecto, explicó con señas  el área donde se iniciará la perforación de un hoyo de 7,9 m de diámetro.

Este trabajo se realizará para poder revestir de hormigón  la montaña que quedó tras abrir el camino de acceso en el sitio de la obra.

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Dos obreros, quienes con gran presión de la máquina pulverizadora y protegidos con gafas especiales, mascarillas, algodón para los oídos, guantes, botas, y casi a gritos debido al ambiente ruidoso por el sonido de las maquinarias, afirman que ese trabajo impedirá deslaves.

Ángel Paredes, de 55 años, cuenta con firmeza que él coloca las mallas que refuerzan el hormigón. Por esa labor  recibirá 155,80 dólares al mes.