Son casi 25 años de vigencia en el rock, primero argentino y luego mundial. Cerati incluso llegó a estar entre los mejores diez guitarristas del planeta.

Cuenta la leyenda que en 1980 Gustavo Adrián Cerati estudiaba publicidad en la Universidad del Salvador de Buenos Aires, y que allí conoció a Zeta Bossio; que en 1982 los dos necesitaban baterista para poder armar un trío estilo The Police; que en ese mismo año encontraron a Charlie Alberti mientras este invitaba a salir a la hermana de Gustavo y que de allí surgió Soda Stereo, para muchos (este periodista incluido) la mejor banda de Rock en español de la historia.

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Y claro, podríamos dedicar páginas enteras al éxito de Soda y mencionar entre otras cosas la manera en que en 1987 la segunda gira latinoamericana de la banda rompió todas las expectativas con 120 casos certificados de histeria colectiva en su paso por Viña del Mar, en Chile. Podríamos hacer eso y mucho más. Sin embargo, como bien han sabido demostrar sus seis discos en solitario, Gustavo Cerati es uno de esos pocos artistas en el mundo que han logrado marcar distancia entre su paso (y en este caso liderazgo) por una exitosa banda y una igualmente exitosa carrera como solista. 

Para escribir sobre el argentino hay que partir de un hecho innegable: más allá del éxito de Soda Stereo, Gustavo Cerati siempre ha sido sinónimo de vanguardismo.

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Tanto así, que a pesar de haber sido compuesto hace más de una década, Colores santos, uno de sus primeros discos en solitario, (grabado junto a Daniel Melero en 1992), es un trabajo tan actual como su más reciente Siempre es hoy (2003). La lista sigue: cuando en 1993 la revista Guitar  incluyó a Gustavo en la lista de los 10 mejores guitarristas del mundo, en la septima posición, el argentino contestó la ovación con la experimentación de Amor amarillo (1994), un disco que si bien era menos electrónico que Colores santos ya mostraba la distancia que empezaba a surgir entre Gustavo y el resto de Soda Stereo.

Luego vendrían los dos últimos esfuerzos colectivos de esta banda: Sueño stéreo (1995) y Comfort y música para volar (1996). Aunque la cada vez más pronunciada tendencia electrónica y experimental de la banda hacía creer que la distancia se acortaba, el 27 de septiembre de 1997, 65.000 espectadores, congregados en el estadio Monumental de River, escuchaban de la garganta del mismo Cerati un “Gracias totales” que ponía fin a 14 años y medio de carrera e historia.

Cerati, sin embargo, aliviaría el dolor de los furibundos hinchas de Soda con un Bocanada (1999) que hizo las veces de bálsamo curativo, a este le seguiría un experimental y completamente electrónico + bien (2002), y un espectacular Siempre es hoy en pleno 2003.

Todos y cada uno, trabajos que mírense desde donde se miren solo traducen una cosa: La leyenda de Cerati apenas comienza...

ACORDES
Gustavo Adrián Cerati nació el 11 de agosto de 1960 en Buenos Aires.

Soda stereo, el primer disco de Cerati y su agrupación Soda Stereo salió al mercado en 1984 con la producción de Federico Moura, líder de la banda argentina Virus.

Si las cuentas de los seis discos vs. cinco mencionados no le resultan, no se preocupe. El sexto al que hace referencia el artículo es el 11 episodios sinfónicos publicado por Cerati en el 2002. Lo que pasa es que por tratarse de un piloto de una serie de conciertos que un canal bonaerense tenía pensado para competir con el Unplugged de MTV tomamos la decisión de no incluirlo en el recuento cronológico.