La Real Academia Española (RAE) sigue adelante con la renovación de la última edición de su diccionario, y ha admitido términos como ‘autogobierno’, ‘internet’ y ‘castrante’, y expresiones coloquiales del tipo de ‘comedura de coco’ o ‘de tarro’.
Estas novedades forman parte de las 2.600 enmiendas y adiciones a la XXII edición del Diccionario que, a partir del próximo 15 de enero, se podrán consultar en la página web de la RAE (www.rae.es) y que, en realidad, constituyen un avance de la siguiente edición.
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Las nuevas entradas que se incorporan a la red han recibido todas ellas el visto bueno de las Academias hispanoamericanas de la Lengua.
Cuando se presentó, en octubre del 2001, la última edición del Diccionario, ya se dijo que se cerraba una etapa histórica y se abría otra, porque, para conocer las nuevas voces que se vayan aprobando, no será necesario esperar a la publicación decenal en formato de libro que era habitual desde 1780, sino que, periódicamente, estarán disponibles en la página web de la Academia.
Entre las novedades admitidas figuran ejemplos de las diferentes áreas del lenguaje, incluida la coloquial.
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Así, si en marzo del 2002 ya se le había dado el visto bueno a expresiones como ‘vender la burra’ o ‘vender la moto’, ‘matar al mensajero’ o ‘llevar en el pecado la penitencia’, que también se incorporan ahora a la red, los académicos han aprobado con posterioridad dichos tan usuales como ‘comedura de coco’ o ‘de tarro’.
Con ellos se alude a la “dominación o influencia sobre la mente o la voluntad de alguien” (“algunos programas de televisión son una comedura de coco”) o a la “preocupación excesiva” por algo: “no empieces con tus comeduras de coco”, se dice.
Las numerosas acepciones del sustantivo ‘pesca’ se enriquecen ahora con la expresión “y toda la pesca”, que se suele emplear para sustituir la parte final de una enumeración. La actitud orgullosa y arrogante de “sacar el pecho” también figurará en el Diccionario.
¿Quién no conoce a alguna “vaca sagrada” de su profesión? La Academia incorpora esta forma compleja y la define como “persona que, a lo largo del tiempo, ha adquirido en su profesión una autoridad y un prestigio que la hacen socialmente intocable”.
Tendrá su entrada en el Diccionario la voz “internet”, esa red informática mundial, “descentralizada, formada por la conexión directa entre computadoras u ordenadores mediante un protocolo especial de comunicación” que, a la hora de escribirla, se puede poner también con mayúscula inicial.
En la España autonómica se habla constantemente de ‘autogobierno’, término que figura entre las 2.600 novedades aprobadas y con el que se indica la “facultad concedida a una colectividad o a un territorio para administrarse por sí mismo”.
El Diccionario ya contaba con la voz ‘bulimia’ para expresar esa “gana desmesurada de comer, que difícilmente se satisface”, y ahora se admite el adjetivo ‘bulímico, ca’ (“era depresiva y bulímica”, se dice) y se acepta también ‘castrante’ (“que castra” o “que acompleja”).
Entre tanta novedad relativa al lenguaje no podía faltar ‘neología’, en su doble acepción de “proceso de formación de neologismos” y del estudio de los mismos.
TÉRMINOS
Medicina
El lenguaje médico se verá enriquecido con entradas como ‘amniocentesis’ (“procedimiento de obtención de muestras de líquido amniótico mediante punción abdominal de la pared del útero”), ‘anaplasia’ (“regresión de las células a un estado menos diferenciado, como ocurre en los tejidos tumorales”) y con otras como ’cardiocirugía’ o ’cardiocirujano’.
Nuevas palabras
‘Irenismo’, definida como “actitud pacificadora y conciliadora”; ‘occidentalismo’ o la defensa de los valores propios del mundo occidental; ’aluminar’ (recubrir con una capa de aluminio), ‘códex’, en referencia al códice o libro anterior a la invención de la imprenta, ‘hierro’ (tipo de palo de golf), y ‘trenzar’ (pases hábiles entre jugadores de un mismo equipo).