Estudiantes de la academia Preludio brindarán un concierto el próximo miércoles en la Espol.
Ana María, con su pequeña figura y escasa edad, acudía a presentarse asiduamente al programa ‘El club de los niños de la abuelita Ángela’, en Telecuatro, y allí se encontraba con niñas artistas de la época, como Carla Repetto, dice.Estudios académicos
A los 18 años ingresó al conservatorio Antonio Neumane, donde continuó estudios de piano y conoció a las amistades que hasta ahora permanecen junto a ella, como la soprano Astrid Achi Dávila, o el profesor Lucho Silva Guillén, con quien fundó y dirige, hace más de una década, la academia de música Preludio (al norte de la ciudad.)Lo recuerda ahora que tiene una larga trayectoria recorrida y varios proyectos realizados, como la orquesta de estudiantes de la institución, que se creó hace poco, o el Festival del Saxofón, que se lleva a cabo anualmente. En él los alumnos actúan junto a maestros del saxo, como Lucho Silva Parra e invitados internacionales (en el 2004 se desarrollará en septiembre próximo); o los conciertos que frecuentemente programa con sus jóvenes discípulos, o sus presentaciones como solista.Buen año
Al 2003 lo conceptúa como un buen año, porque junto con los directores de la academia Cuballet, que comparte el espacio físico con Preludio, en la ciudadela Kennedy Norte, hizo un espectáculo que combinó ballet y música, y que califica de novedoso. Y el pasado septiembre emprendió una gira de un mes por ciudades de Europa y tocó en Barcelona, ante un auditorio que escuchó sus interpretaciones latinoamericanas. Recorrió París, Venecia, Florencia, Montecarlo, en plan turístico, y la propia Barcelona, la ciudad donde se plantó por primera vez, ante un auditorio que le era ajeno, desconocido. La experiencia le pareció apasionante, refiere, y le dio asimismo, según revela, nuevos bríos para su labor de difusión artística que realiza en Guayaquil, junto con la familia Silva y media decena de profesores que integran Preludio. En la academia recibe a niños desde los 3 años, a cuya edad los inicia en la música, en este mundo que le es propio.Quizá por este motivo también su hija menor, Ana María, de 16 años, a quien le dicen Peyo, toca la flauta traversa y pertenece a la orquesta de estudiantes de Preludio, y sus hijos mayores, Andrea, de 23, y Carlos, de 19, gustan de la música, al igual que su esposo, Juan Carlos Uribe, quien escucha con atención y devoto deleite las obras que interpreta Ana María en el piano que ocupa un sitio destacado del hogar. CMNOTAS
PERCANCE
Uno de los momentos más difíciles en la vida de Ana María Vargas de Uribe fue cuando tenía que dar un concierto y se enteró que su abuela materna había muerto. Retrasó el espectáculo para un mes después.
GUSTOS
Sus compositores favoritos son Rachmaninov, Tchaikovsky y Chopin. Por lo general viste de rojo, su color preferido. Con sus hijos, hermanos Efrén y María del Pilar y esposo, disfruta de las comidas que se hacen en casa de sus padres.
LECTURAS
Prefiere leer libros que tratan sobre el comportamiento del ser humano. Dos de ellos son ¿Quién se ha llevado mi queso?, de Spencer Johnson, y El caballero de la armadura oxidada, de Robert Fisher.
PERSONALIDAD
No es detallista en adornar su departamento, pero sí lo es con su carrera y la crianza de sus hijos. Es bromista, expresiva y nunca le falta una sonrisa.
AFICIONES
La pianista además tiene afinidad con la pintura. Le pidió al pintor Golett Orvieto que le enseñara la técnica de la plumilla y el óleo-pastel. Sus cuadros se exhiben en el hall de su vivienda y tratan sobre paisajes. Pintó también un retrato de su esposo.
PLANOS
La arquitectura es otra de sus aficiones. Tiene varios cuadernos en los que registra cientos de planos de casas, pero ninguno de ellos utilizó para construir una vivienda.","isAccessibleForFree":true}
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Ana María Vargas, una pianista que creó un lugar para la música
Estudiantes de la academia Preludio brindarán un concierto el próximo miércoles en la Espol.
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