En México se editó un libro que tributa un homenaje al cuento más famoso del autor guatemalteco, fallecido en febrero del presente año. En él consta un texto del escritor ecuatoriano Marcelo Báez.

En un lugar de la Mancha. Érase una vez. En el principio fue el verbo. Todas estas frases son universales, patrimonios de la humanidad. Pero en Don Quijote o en los cuentos infantiles, como en el Evangelio, esas palabras son solo el comienzo, frases inaugurales de una historia que se cuenta en muchas páginas.

Publicidad

‘Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”, en cambio, es el inicio, el nudo y el desenlace de una historia, de un texto al que se considera el cuento más corto de la historia. Solo siete palabras.  Sin embargo, es uno de los más citados y parodiados de todos los tiempos. Su nombre: El dinosaurio, del escritor guatemalteco Augusto Monterroso, Tito para sus amigos, quien murió el pasado 7 de febrero, a los 81 años.

Como un tributo a este cuento, el más célebre del escritor, quien residió gran parte de su vida en México, el sello Alfaguara de ese país publicó el libro El dinosaurio anotado, que lleva como subtítulo ‘Edición crítica de El dinosaurio, de Augusto Monterroso’.

Publicidad

Lauro Zavala es el editor del volumen, de 135 páginas, que se nutre de voces múltiples y de contenidos diversos. Se incluyen textos de escritores de distintos países del mundo, quienes han realizado a partir de El dinosaurio otras creaciones. Y contiene también ensayos, entrevistas y versiones sobre el origen de la famosa narración.  Es una obra bien cuidada. Casi todos los textos son cortos, aunque hay unos que exceden las dos páginas. Leerlos es una apuesta contra el aburrimiento. 

Aquí les va, como muestra, el texto La culta dama, de José de la Colina: “Le pregunté a la culta dama si conocía el cuento de Augusto Monterroso titulado El dinosaurio. –Ah, es una delicia–, me respondió, ya lo estoy leyendo”. Y este de David Gutiérrez Fuentes, titulado Augusta moraleja: homenaje a Monterroso: “Cría dinosaurios y te sacarán los ojos”. O este otro de Santiago Vaquera, Dinosaurio Núm.  5: “Cuando desperté, todavía era dinosaurio”.

En medio de estas letras y de estos nombres que consigna el libro, se encuentra un texto de un autor ecuatoriano: el guayaquileño Marcelo Báez Meza, que aporta con la narración  Indigna continuación de un cuento de Monterroso, que tiene 14 líneas. “... Y cuando el dinosaurio despertó, el hombre ya no seguía allí”, concluye.

En tono altamente jocoso, Lazlo Moussong plantea en su ensayo El verdadero cuento más breve que ni Monterroso ni Óscar Borbolla, quien se atribuye una narración cuya brevedad es casi imposible de igualar (es: “¿Y?”), son los padres del cuento más corto de la historia, sino él, que escribió el titulado The Unbearable Lies’ Mess of Being (que traduce como El insoportable revoltijo de mentiras del ser), y es el siguiente: “!”. Aclara que solo le fue posible escribirlo en lengua inglesa, ya que la redacción en español habría duplicado su extensión.

Héctor Anaya incluye en este libro trabajos que salieron de un taller en el cual él le propuso a sus alumnos el texto de Monterroso como punto de partida para un ejercicio de creación. “No está de más insistir que nuestro único propósito fue parodiarlo, pero no para odiarlo, sino para quererlo más”, revela.

En el apartado que lleva el título de Testimonios, Alí Chumacero cuenta el origen del cuento. “La anécdota es que Tito Monterroso tenía un amigo que vivía en la misma casa que él, y llegaba por la noche a contar sus aventuras... Aquel hombre empezaba cuente y cuente y cuente y Tito se dormía; y cuando despertaba seguía todavía el otro contando. De ahí nació el cuento. Fíjate: cuando despertó, todavía el dinosaurio estaba allí, cuente y cuente, seguía contando el dinosaurio...”.

Juan José Arreola da su propia versión sobre el origen del cuento. No dista mucho de la de Chumacero, pero es más larga, por lo cual no cabe en esta página. Es mejor leer el libro, que contiene además una copia del manuscrito original de El dinosaurio. “Hay escritores cuya labor, más que escribir palabras, es borrarlas. Tal es el caso de  Monterroso: mientras más comprime más ahonda, con todo el dolor y el peligro (el silencio está ahí, a un paso; afilar demasiado el cuchillo puede terminar con la hoja) que ello implica”, comenta Ignacio Solares.

SOBRE EL AUTOR
* El escritor Augusto Monterroso nació el 21 de diciembre de 1921 en Tegucigalpa, Honduras. Desde los tres años vivió en Guatemala y se consideraba un guatemalteco más.
* Llegó exiliado a México en 1944. Ganó el premio Príncipe de Asturias de las Letras en el 2000.

* Afirmaba que su cuento El dinosaurio le causó más daño que bien. Se hizo tan famoso “que muchos posibles lectores de otras obras mías se conforman con El dinosaurio”.