La resistencia iraquí mató este sábado a siete miembros de los servicios secretos españoles e hirió a otro en una emboscada perpetrada cerca de la ciudad de Al Hillah, a unos 100 kilómetros al sur de Bagdad.
Según testigos, poco antes de caer la noche, un grupo de personas armadas con armas ligeras y lanzagranadas atacó un convoy de dos vehículos en el que viajaban ocho personas, todos ellos miembros del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) español.
Los atacantes alcanzaron con sus armas a los dos vehículos, que quedaron ardieron por los cuatro costados, y a sus pies, tendidos en el suelo y entre los amasijos calcinados, fueron hallados siete cadáveres y un hombre herido, que ha sido trasladado a una unidad de atención médica, sin que se conozca la gravedad de sus lesiones.
El ataque se produjo en la zona de Suwayrah, a unos treinta kilómetros de la ciudad de Al Hillah, lugar donde el pasado agosto los corresponsales de la agencia EFE y el diario ABC fueron tiroteados por un grupo de desconocidos desde dos coches.
Poco después del ataque, tres helicópteros artillados "superpuma" del Ejército español partieron desde Diwaniya, ciudad meridional iraquí en la que están acantonadas las tropas de España destacas en Irak, para recoger los cuerpos y evacuar al herido.
Fuentes de la oficina de prensa del Ejército español en Diwaniya explicaron a EFE que los españoles muertos no estaban bajo responsabilidad de la "Brigada Plus Ultra", sino que "operaban desde el exterior".
La cadena de televisión por satélite qatarí "Al Yazira" mostró unas imágenes captadas por un corresponsal británico escasos minutos después del ataque, en el que se podía observar a un grupo de iraquíes que bailaban alegremente alrededor de uno de los cadáveres.
El corresponsal de "Sky News", David Bowden, que pasaba por allí en el momento del ataque, relató que pudo comprobar cómo había varios cuerpos en el suelo, pero que no pudo contarlos y captar más imágenes porque los iraquíes le amenazaron y le obligaron a marcharse.
El Ministerio de Defensa español ha indicado que los ocho agentes regresaban a su cuartel tras cumplir con una misión en Bagdad, sin dar más detalles.
Con las muertes de este sábado asciende a ocho el número de miembros de los servicios secretos de España que pierden la vida en Irak desde que las tropas fueran enviadas a este país a finales del mes de julio.
El pasado 9 de octubre fue asesinado en la puerta de su residencia en Bagdad el agregado de información de la Embajada española en Iraq y miembro del CNI, el sargento primero José Antonio Bernal.
Miembros del CNI aún investigaban el asesinato de su compañero, del que se hizo responsable un grupo radical suní a través de un comunicado de dudosa autenticidad.
También han muerto en Iraq dos militares españoles más, el primero de ellos el capitán de navío Manuel Martín Oar, quien falleció víctima de la heridas que le causó un brutal atentado con coche-bomba contra la sede de la ONU en Bagdad, el pasado 19 de agosto.
El 26 de octubre, el sargento de zapadores Luis Puga Gandar murió en Diwaniya al dispararse por accidente el arma que limpiaba uno de sus compañeros.
El pasado mes, España evacuó a parte de su personal en la Embajada de Irak para reforzar las medidas de seguridad, y nombró un nuevo embajador que todavía no ha llegado al país.