Selección que dirige Paulo Autuori se concentró en hotel Hilton Colón.

¿Por dónde saldrán los peruanos? Es la pregunta más frecuente, cada dos minutos, en el sector de arribo internacional del aeropuerto Simón Bolívar. Las otras opciones son la Base Aérea o el Gold Pass de la terminal aérea.

Publicidad

Son las 13h30 del lunes 17 de noviembre. Allí medios de comunicación ecuatorianos y peruanos están mezclados en el aeropuerto, a la espera de la selección del Rímac, que debía llegar a las 13h40 (según el itinerario que anunció la Federación Ecuatoriana de Fútbol), pero recién ocurrió 20 minutos después.

“No viene Norberto Solano por acumulación de tarjetas amarillas, está en duda la participación de Martín Hidalgo”, dice Vladimir Fiori, periodista de diario Líbero, de Perú.

Publicidad

Había que ganar tiempo e información. “Posiblemente Carlos Zegarra reemplace a Solano y sea la dupla con Juan Jayo”, agrega Martín Fernández, de la emisora peruana Programa.

“¡Ese es Nicolás Lapentti!”, alerta Marit Aguilar, de El Bocón a sus compatriotas. “Matamos dos pájaros de un tiro”, agrega. Nadie esperaba a la primera raqueta ecuatoriana, pero igual todos lo acosan con micrófonos, grabadoras y los flashes fotográficos.

“Ojalá pueda escaparme (para ver Ecuador vs. Perú en Quito), pero tengo que entrenar”, dice Lapentti.
Son las 14h00, muchos deciden aguardar a los futbolistas peruanos en el hotel Hilton Colón, su lugar de concentración. Pero los de la selección con la Franja Roja  aparecen en ese momento, dentro de un bus blanco y escoltados por dos autos de la Policía Nacional. Ninguno se asoma a la ventana, prefieren pasar inadvertidos, pero es imposible porque el resguardo policial delata quiénes son.

La puerta trasera del hotel está abierta y por allí pasa el bus, tan rápido como las fintas de los jugadores. Los medios también llegan como cazadores a la espera de su presa, pero es difícil colarse.

Bajan los peruanos, pero nadie dice nada, entre jovencitas  hermosas y gente con camisetas negras, que identifican a los organizadores del Fashion Ecuador, en el mismo hotel. Ni siquiera las modelos distraen a los jugadores.

Suben a sus habitaciones en el segundo piso, dejan su equipaje y de inmediato se trasladan al salón Español, donde almuerzan en silencio, tal como llegaron.