Unas piernas en medias de nailon y zapatos de tacón alto, y el caminar coqueto de una mujer hacia un lugar indeterminado, dan inicio a la película Baño de damas, que el cineasta venezolano Michael Katz adaptó de la pieza teatral del mismo nombre, de Rodolfo Santana.

En las siguientes escenas, el espectador descubre que aquella mujer es en realidad un travesti o más bien un homosexual que por el afán de someterse a una operación quirúrgica para cambiar de sexo trabaja en dos lugares. En un bar, donde imita a Cloe Castro, la cantante que admira, y en una discoteca, donde convierte al baño de damas en su centro de operaciones. Allí se cambia de traje y de nombre. La Gaviota (como se hace llamar), que canta en el bar, se transforma en Rolando, el mozo de la discoteca.

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En las siguientes escenas del filme, el prolongado acto sexual entre dos mujeres hace pensar si en las próximas secuencias se verán solo cuerpos desnudos en pleno coito o si la trama ofrecerá más. En realidad sí. Baño de damas desgrana una serie de historias. La del homosexual es una y la de María Inés y Vilca, las protagonistas de tan fogoso intercambio de besos y caricias, es otra.

A medida que avanza la cinta, que Iguana Producciones rodó en el 2002, se van descubriendo varios conflictos. María Inés (personaje que interpreta Andrea Montenegro) es una joven desorientada que busca en Vilca (Lorena Meritano) los afectos que no recibió en casa. Ella acusa a su madre de ser una mujer fría, a quien solo le interesa salir con jóvenes. Por ello, argumenta, consume cocaína junto con Vilca, quien es mayor que ella y no admite su lesbianismo por no dañar su imagen de una virginal presentadora de televisión.

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En la trama se descubren también las historias de Carmelo López (Eduardo Santamarina), un diputado machista y prepotente, acostumbrado a engañar con cuentos inverosímiles a su ingenua esposa. La profesora de colegio que se embriaga para olvidar que su pareja la abandonó porque estaba embarazada. Y Cloe Castro (Viviana Gibelli), la cantante a quien Rolando prácticamente idolatra, que está dispuesta a vivir una aventura con Vilca, a pesar de la impertinente presencia de María Inés.

Entre idas y venidas, el Baño de damas deja de ser el centro de operaciones del travesti para convertirse en el confesionario y la escuela, donde los protagonistas aprenderán a llorar, reír y aflorar las inhibiciones. También, casi al final de la película, se transforma en el escenario en el que Gaviota ofrecerá su espectáculo en presencia de la artista que aspira a igualar.

Protagonista
La cinta se mantiene en la cartelera de Cinemark, cadena de cines que para su estreno –a finales de octubre pasado– invitó al país a la actriz peruana Andrea Montenegro, quien además del cine ha hecho teatro y televisión. Dos de las telenovelas en las que dijo participó fueron Escándalo, donde compartió roles con Meritano, y Latin Lover, que se transmitieron en el país.

En su visita, Montenegro admitió que las escenas de sexo con Meritano fueron difíciles, “pero cuando las hice no pensé que estaba interpretando a una lesbiana, sino a una mujer enamorada que se entregaba por amor”.

Agregó que su personaje es el de una chica confundida y flechada por una mujer mayor para quien solo significa una aventura más. “Para María Inés la vida es un problema. Es una joven que no sabe vivir y se aferra a una sola persona, a la que trata de imponer sus ideas y evitar que mire a otras mujeres”.

Montenegro manifestó que disfruta de los dramas y solo encarna a los personajes que le gustan y constituyen un reto. Indicó que el rodaje de Baño de damas duró un mes. “El trabajo acelerado y el estado de nervios y ansiedad que debía manifestar para  mi personaje me desgastaron”, sostuvo. La peruana, de 26 años, volvió enseguida a Perú, para reintegrarse a las grabaciones de La mujer de Lorenzo, una telenovela también de Iguana Producciones.
 

FICHA TÉCNICA
Dirección:
  Michael Katz.

Producción: Iguana.

Elenco: Lorena Meritano (Vilca), Viviana Gibelli (Cloe Castro), Eduardo Santamarina (Carmelo López) y Andrea Montenegro (María Inés).

País: Perú, 2002.

Duración: 85 minutos.

En cartelera: Tres semanas.

Cine: Cinemark.