El grupo ecologista Greenpeace acusó este lunes a las autoridades de no haber hecho lo suficiente por frenar el derrame de fuel oil del buque petrolero Prestige, que causó estragos en la costa noroeste española hace un año, y pidió la creación de una red de zonas protegidas.
Greenpeace dijo que decenas de miles de toneladas de carburante tóxico vertidas por el navío tras romperse y hundirse frente a las costas de Galicia el pasado noviembre continuarán contaminando las costas del norte de España durante una década.
"A pesar de esta grave situación, el gobierno (español) no ha presentado todavía un plan integral de recuperación de la costa afectada, que sirva para acelerar su rehabilitación ambiental, económica y social", dijo Greenpeace en un informe hecho público el lunes.
"Tampoco ha habido cambios en la normativa internacional encaminados a prevenir accidentes de este tipo en el futuro", añadió.
Las autoridades dicen que el Prestige, una embarcación de 26 años de antigedad que se encuentra hundida en aguas del Atlántico, ha vertido 63.000 toneladas, casi el doble que el Exxon Valdez cuando encalló frente a la costa de Alaska en 1989.
Según Greenpeace, casi el 90 por ciento de los 2.600 kilómetros afectados por el vertido del Prestige está clasificado por la Unión Europea como zona de prioridad medioambiental.
Sin embargo, España sólo tiene dos reservas marítimas protegidas en esta zona y un equipo de limpieza insuficiente para hacer frente a los derrames de carburante, dijo Greenpeace.
"Es urgente la creación de una red de áreas marinas protegidas en la zona afectada. La comunidad científica está ya trabajando en su diseño y la administración no puede dejar de lado esta iniciativa", dijo María José Caballero, responsable de la Campaña para los Océanos del grupo ecologista, en una rueda de prensa.
Greenpeace también ha pedido a la Organización Marítima Internacional (OMI) que imponga responsabilidades financieras ilimitadas a los fletadores y propietarios de barcos cuyas embarcaciones dañen el medio ambiente.
"Las mareas negras siguen siendo muy baratas para ellos que se benefician del transporte de estas sustancias tóxicas", dijo el director ejecutivo de Greenpeace en España, Juan López de Uralde.
El grupo solicita a la OMI que imponga una prohibición internacional a los mercantes monocascos como el Prestige y que ilegalice el uso de banderas de conveniencia.