Una gran masa gaseosa, cuya intensidad podría afectar los sistemas de satélite y las redes eléctricas, entró en contacto en la mañana del miércoles con el campo magnético de la Tierra y es posible que tenga mayor impacto en Alaska y el Lejano Oriente.
Científicos dijeron que la nube de partículas cargadas eléctricamente, desencadenada por la hiperactividad solar y conocida como expulsión de masa coronal (EMC), recorrió alrededor de ocho millones de kilómetros en una hora.
"Llegó a las seis de la mañana (0600 GMT) e iba mucho más rápido de lo que se pensaba", dijo a Reuters Mike Hapgood, experto espacial del Laboratorio de Appleton en Gran Bretaña.
No es probable que esta masa gaseosa, que arroja energía hacia el campo magnético que rodea a la Tierra, creando una tormenta geomagnética, tenga gran impacto sobre Europa.
Sin embargo, Hapgood y otros científicos sospechan que la EMC provocó una aurora extraordinaria, o un espectáculo lumínico, en Alaska y el Lejano Oriente, así como algunos problemas de comunicación.
"A mayor altura (...) mayor es el efecto que uno ve", dijo Lucien Green, físico solar del Laboratorio Mullard de Ciencia Espacial en Inglaterra.
Por suerte, no hay muchas redes eléctricas en el extremo norte, por lo que las interrupciones serán pocas, según científicos, pero en el espacio podría causar interferencias con los satélites y las aeronaves.
"Desde ayer hubo algunos problemas debido a los efectos que preceden la llegada de esta onda de choque solar. Es seguro que los satélites sean afectados y que el efecto persista durante varios días", agregó Hapgood.
Efecto molesto
Las EMC ocurren cada varios años, pero la que llegó el miércoles es una de las más intensas.
Descritas como algo molesto, más que como un peligro para la vida humana, estas masas gaseosas interfieren las señales de los teléfonos celulares y pueden causar grandes dolores de cabeza por las fallas en el servicio eléctrico, en las comunicaciones satelitales y en los equipos de navegación.
"Si tenemos mala suerte, estas cosas pueden causar fallas en las redes eléctricas, pero esto es muy raro", dijo Hapgood.
Los efectos de una EMC pueden durar varias horas o algunos días. En 1989, una de estas masas gaseosas afectó las redes eléctricas de Canadá.
"Eso fue un llamado de alerta. Creo que la mayoría de las empresas eléctricas están conscientes del problema. Si saben que viene, pueden tomar precauciones", añadió Hapgood.
Green cree que Canadá podría experimentar más problemas debido a que está muy al norte y sus redes de electricidad se extienden de este a oeste, lo que constituye la configuración adecuada para que las partículas cargadas que llegan a la Tierra surtan su efecto.
La EMC del miércoles fue impulsada por una gigantesca llamarada solar que brotó el martes. Se clasificó como G-5, que es la categoría más fuerte, y viajaba a una velocidad superior a la de otras masas gaseosas.