Roberto Fernández, alcalde de Santa Cruz, la tercera ciudad de Bolivia en población y aporte económico, defendió la posición de los santacruceños, criticó al parlamentario Evo Morales y a quienes lideran la oposición por el derramamiento de sangre, y responzabilizó de la actual crisis boliviana a la forma en que se manejaron las privatizaciones en su país.
Fernandez señaló que más allá de quién sea el presidente y a qué partido representa “los bolivianos tenemos que velar por la institucionalidad, porque el estado de derecho y la democracia se preserven, y que todas estas acciones que hoy se desarrollan sean penadas, que no sean 70 muertos más”.
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Con respecto a la posición de su ciudad frente a la crisis indicó que “siempre hemos razonado antes de actuar, somos el motor económico del país, el que aporta el 50% de las exportaciones de todo el país, el 40% de los ingresos nacionales y más del 30% al Producto Interno Bruto del país. Somos los que más bien hemos seguido pensando cómo podemos construir un país diferente, cada vez más productivo y generando riqueza y empleo”.
Consultado si eso es apoyo a Sánchez de Lozada, el alcalde señaló que “lo que yo manifiesto es que se respete la institucionalidad, los preceptos constitucionales, el estado de derecho y que se trate de preservar la democracia para que mañana no sean otros los que caigan. Puede decirse que eso sí es un apoyo”.
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Sobre la visión que se tenía en el exterior de que Bolivia “había avanzado” explicó que para solucionar el gran endeudamiento de Bolivia se adoptó como medida urgente la capitalización de las empresas estatales, pero no para que los inversionistas las dominen sino para que “los bolivianos siguiéramos siendo dueños de las empresas”.
Respecto al líder indígena Evo Morales, destacó que “tiene en sus manos buscar desde su posición no solo una conquista social para los campesinos, para el sector cocalero que el maneja, sino para preservar la democracia.