El dólar recuperó este miércoles, terreno ante el euro y el yen en Nueva York gracias a los datos favorables sobre las ventas minoristas y la actividad manufacturera, que avivaron la confianza en un mayor crecimiento de la economía en EE.UU.
 
Al cierre de los mercados, el billete verde se cambiaba a 109,53 yenes, frente a los 108,88 yenes por dólar del martes.
 
Respecto de la moneda única europea, la divisa estadounidense cambió de manos a 0,8594 euros, comparado con los 0,8529 euros por dólar de la sesión anterior.
 
El dólar se benefició hoy del panorama positivo que mostraron las ventas minoristas en los dos últimos meses y también de la mejoría del sector manufacturero en el área de Nueva York, según los analistas.
 
Los inversores dedicaron especial atención a las ventas minoristas que, excluidos los automóviles, crecieron un 0,3% en septiembre, si bien en el cómputo total registraron un descenso del 0,2%.
 
El sentimiento positivo del mercado hacia esa variable se hizo más firme tras conocerse que el comercio minorista creció en agosto un 1,2%, frente al 0,6% que se estimó de forma preliminar.
 
Por otra parte, el índice de actividad manufacturera en el área de Nueva York subió hasta los 33,7 puntos en octubre, desde los 18,35 puntos de septiembre.
 
Los datos sobre la buena marcha del comercio minorista y del sector industrial reforzaron hoy la posición del "billete verde" frente a las principales divisas, al aumentar las expectativas acerca de un buen nivel en el consumo y una recuperación del empleo en EE.UU.
 
El optimismo de los inversores acerca de un aumento de las ganancias empresariales durante el tercer trimestre es otro de los factores que han dado cierto sosten también a la divisa estadounidense, según los expertos.
 
Los mercados están pendientes de la próxima visita del presidente George W. Bush a Japón y a otros países asiáticos, que inicia a finales de esta semana, durante la que se prevé que aborde la situación de los mercados de divisas con otros líderes asiáticos, entre otros asuntos.
 
Estados Unidos desea que China y Japón, entre otros países, permitan una apreciación de sus divisas frente al dólar, lo que repercutiría de manera favorable en el crecimiento de la economía estadounidense y de manera especial en sus exportaciones.
 
Sin embargo, no está claro que los gobiernos chino o japonés vayan a rendirse fácilmente a esos deseos, puesto que podría mermar a su vez la competitividad de sus exportaciones y lastrar el avance de sus economías.
 
A pesar de los llamamientos de la Casa Blanca y del Grupo de los Siete a una mayor flexibilidad en los mercados de divisas, Japón ha seguido interviniendo para frenar el fortalecimiento del yen, aunque de forma menos agresiva que en el pasado.
 
Eso ha suscitado especulaciones acerca de un supuesto abandono de la política de un dólar fuerte por EE.UU., pero el secretario del Tesoro, John Snow, reiteró hoy en  Nueva York que el Gobierno sigue respaldando esa política y que el valor de las divisas deben determinarlo los mercados.