Hace siete años conocí a mi marido que está divorciándose de su primera esposa, una quiteña con la que procreó cuatro hijos. El problema es que antes de mantener una relación conmigo, él tenía además otra mujer (en Guayaquil) con la que ahora tiene un hijo pequeño. En resumen, a las tres nos mantiene ya que goza de buena posición económica. Me consta que no tiene nada con la mujer de Quito porque yo misma me he encargado de depositarle el dinero para su manutención; es más, he hablado con ella y me asegura que se está divorciando. En cambio, la mujer que me preocupa es la que vive en Guayaquil, porque siento que mi marido se ha unido más a ella a raíz que matricularon a su hijo en una escuela de curas. Desde hace dos meses ya no me viene a ver como lo hacía antes (cada quince días y se quedaba conmigo hasta un mes). Tiene 45 años y asegura que me extraña y me quiere. ¿Qué hago con mi vida? ¿Me conviene seguir así? Tengo 33 años.
Rosi,
Salinas