Atención Hollywood: un actor de 71 años, nominado a un Oscar, con amplia experiencia y acento exótico busca buenos papeles, pero no del tipo Alí Babá.
La leyenda del cine Omar Sharif, estrella de clásicos como Lawrence de Arabia y Dr. Zhivago, está aburrido de filmes inútiles, pero los guiones aceptables son muy pocos.
Publicidad
“Cuando era una estrella, cuando era más joven, solían escribir partes o adaptar partes para mí, para que las pudiera actuar. Pero ahora soy viejo, no hay papeles para mí, excepto de árabes viejos”, sostuvo Sharif.
“He estado haciendo basura en los últimos 25 años por la sencilla razón de que soy un actor único que es extranjero para cada industria del cine en el mundo, excepto para la egipcia. Pero es muy difícil para mí regresar y hacer películas egipcias”, agregó.
Publicidad
El nuevo filme de Sharif, Monsieur Ibrahim et les fleurs du Coran (Señor Ibrahim y las flores del Corán) se exhibió en el Festival Internacional de Cine de Toronto.
“Hay papeles de árabes viejos algunas veces, pero en películas terribles, baratas, estúpidas, del tipo Alí Babá.
Decidí que no haría más películas estúpidas. Encontrar una que esté bien escrita, que tenga un personaje rico como Señor Ibrahim, es muy difícil”, afirmó.
El papel del gentil tendero musulmán que adopta a un pobre niño judío ha sido calificado como una de las actuaciones más encantadoras de Sharif y lo coloca como un potencial aspirante del Oscar. Pero el actor egipcio, nominado a la Academia por Lawrence de Arabia en 1963, ve pocas posibilidades de ganar.
“No se gana un premio hablándole a un pequeño y explicándole la vida y tratando de alegrarle y hacerle sonreír y enseñarle la felicidad”, dijo.
La película está plasmada en la década del sesenta, cuando Sharif estaba en el pináculo de la fama y el actor, cuyos ojos oscuros y el hecho de ser bien parecido lo convirtieron en símbolo sexual, disfrutó lo mejor que la década tenía para ofrecer.
Viaje a Sodoma y Gomorra
“Me estaba dirigiendo de Egipto a la Sodoma y Gomorra que era Hollywood en esos días. Fue un choque cultural para mí cuando llegué y vi todo eso; las mujeres agarraban a los hombres y se los llevaban prácticamente a la cama a la fuerza”, anotó.
“Me adapté”, agregó con una sonrisa maliciosa. Fue divertido, nunca había visto algo así. De donde venía nunca había visto los tobillos de una chica, por lo que era emocionante por un tiempo, pero luego se hizo muy aburrido”.
Sharif, cuyo nombre verdadero es Michael Shalhoub, nació en Alejandría, Egipto, y acredita su fama a su ambiciosa y derrochadora madre.
Ella lo sacó a los 11 años de una escuela francesa y lo mandó a una escuela-pensión inglesa –donde la comida era peor, en su opinión– para mantenerle delgado y en el camino al estrellato.
Su madre también le enseñó a gastar como si no existiera el mañana y Sharif, un jugador experto de bridge y apostador prolífico, hizo honor a ese legado con entusiasmo.
El actor, que recibió un premio por los logros de su vida artística en el Festival de Cine de Venecia, se verá próximamente en la película de Disney, Hidalgo, encarnando a un príncipe árabe.
En febrero próximo se reunirá con la coestrella de Lawrence de Arabia, Peter OToole, para un rodaje en Marruecos, además tiene otros dos filmes en producción.
En pocas palabras, Sharif tiene poco tiempo para irritarse interminablemente acerca de la falta de papeles buenos disponibles para él.
“Vivo en el presente, en el momento. No sirve pensar en el pasado y no es muy útil incluso pensar en el futuro porque no sabes cuánto durará. Bien se podría hacer todo con intensidad mientras estás viviéndolo”, acotó.