La narradora española visitó ayer Diario EL UNIVERSO y brindó una charla a sus periodistas.
Hay dos preguntas que a la española Rosa Montero la irritan y odia que se las hagan: ¿Qué prefiere ser: periodista o escritora? y ¿Qué opina de la literatura de mujeres? De la segunda no hace comentarios. De la primera sostiene que está mal planteada, porque el periodismo es escritura y, además, porque la mayoría de escritores ha ejercido el periodismo siempre. No solo García Márquez y Hemingway, dos ejemplos que a menudo salen a relucir, sino también muchos otros: Wilde, Tolstoi, etc.
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Esta confesión la realizó la mañana de ayer en el auditorio de Diario EL UNIVERSO, en una charla que mantuvo con los periodistas de este medio de comunicación.
Montero vino a Guayaquil para presentar su nueva novela, La loca de la casa, que editó Alfaguara, sin embargo se dio un tiempo para compartir sus experiencias periodísticas. Es una reconocida narradora y ha escrito casi una veintena de libros, pero también ejerce el periodismo. Trabaja desde 1976 para diario El País de España.
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Comenta que se hizo periodista porque le interesaba viajar y en esa decisión acertó, dice, porque con esta profesión ha viajado no solo geográficamente, sino también por las cabezas y conciencias de las personas. Prefiere el periodismo escrito y hasta ahora se mantiene fiel a él.
Según esta mujer ser periodista es un lujo, porque permite a quien lo ejerce vivir las cosas muy de cerca, en primera línea, como dice ella. Recuerda, por ejemplo, la caída del Muro de Berlín, hecho del que fue testigo.
Señala que para hacer periodismo se debe partir de algo esencial: jamás preguntar algo cuya respuesta no te interese conocer realmente. Cree, además, que la única manera de aprender periodismo es haciéndolo, puesto que en la escuela donde se forma a los periodistas solo se aprende a jugar cartas, anota en broma.
Montero afirma que el periodismo es un género literario, pero que contrariamente a la ficción, tiene reglas específicas. Una pieza periodística debe reflejar una verdad notarial. Ser tan verdadera que la pueda firmar un notario. En periodismo la claridad es un valor. Cuanto más claro, mejor. En la ficción, en cambio, la ambigüedad es un valor.
“En periodismo cuentas lo que sabes, porque lo investigaste. En la novela cuentas lo que no sabes que sabes, porque las novelas son como los sueños del escritor, que salen del subconsciente”, afirma Montero, de 51 años.
Piensa que hace falta darle el valor que verdaderamente tiene la profesión de periodista, como hecho artístico, creativo e intelectual y como vehículo para entender el mundo en su totalidad. Montero afirma que muchos periodistas no son lo suficientemente ambiciosos o por lo menos no tienen ambiciones reales.
Son ambiciosos en lo formal, en lo social, en aspirar a cargos (lo cual le parece una idiotez), pero no en lo trascendente, en lo concreto y cotidiano, que es escribir bien. Le asombra que muchos jóvenes aspiren a ser columnistas o a convertirse en famosos sin siquiera haber hecho lo básico en periodismo. Recuerda que cuando ella comenzó trabajaba en muchos sitios e hizo de todo.
“Hay que tener ambición de la creación, del buen trabajo. Aun en las condiciones adversas en las que se trabaja, hay que aspirar a hacer lo mejor, aspirar a tener un entendimiento del mundo y a escribir bien”, dice. Luego de la charla, Montero contestó las preguntas de los periodistas, firmó libros y recorrió la Redacción.
NOTAS
SUS OBRAS
Rosa Montero es autora de casi una veintena de libros, entre novelas, cuentos y obras vinculadas al campo del periodismo. En 1997 ganó el Premio Primavera de Novela por La hija del caníbal, historia que fue llevada al cine recientemente con la participación de Cecilia Roth.
COMPAÑÍA
A Diario EL UNIVERSO vino acompañada de la escritora ecuatoriana María Fernanda Heredia, representante de Alfaguara Ecuador, y de Cecilia Ansaldo, Marena Briones y Jeannine Zambrano, integrantes del grupo literario Mujeres del Ático, anfitrión de Montero en esta ciudad.