El paso del huracán Isabel por la costa este de Estados Unidos dejó 21 muertos, numerosas inundaciones, unos 4 millones de hogares sin electricidad y la capital federal paralizada, pese a no haber alcanzado la gravedad prevista.
Degradado a tormenta tropical, Isabel proseguía el viernes su camino hacia el norte, en dirección de Canadá, tras haber provocado nueve muertes en Virginia, tres en Carolina del Norte, dos en Maryland y una en Pensilvania, sobre todo a causa de árboles caídos y accidentes de automóvil.
Un día después de que Isabel golpeara la costa atlántica con vientos de hasta 160 km/h, unos 4 millones de hogares carecían de electricidad (más de 1,8 millones en Virginia, 1,2 millones en Maryland y Washington D.C., 300.000 en Pensilvania y cientos de miles en Carolina del Norte y Virginia Occidental).
En Virginia, al sur de Washington, 15.000 personas pasaron la noche en 66 refugios luego de que el río Potomac se desbordó e inundó zonas de Alexandria, una ciudad de cara al río. Muchos residentes se desplazaban por el centro del barrio histórico en canoa.
El presidente estadounidense, George W. Bush, declaró el jueves como zona de emergencia una parte de Carolina del Norte y de Virginia, lo cual liberará fondos de ayuda para los ciudadanos afectados, dijo la Casa Blanca.
Los residentes de varios condados fueron invitados a no ducharse para ahorrar agua y a hervirla antes de consumirla. Las compañías de electricidad distribuían hielo seco para ayudar a preservar la comida congelada.
Washington aún no perdía del todo sus aires de ciudad fantasma, con el gobierno federal cerrado por segundo día consecutivo pese a que el ojo del huracán pasó a más de 100 km de aquí. Unos 350.000 empleados federales sumaron así a sus escasas vacaciones anuales un fin de semana largo de cuatro días.
La mayoría de las escuelas, universidades y negocios tampoco abrieron sus puertas, aunque un servicio de metro y de autobús limitado fue reanudado esta mañana.
Semáforos apagados y ramas y árboles caídos, uno de ellos bloqueando la calle 17, a una cuadra de la Casa Blanca, eran los vestigios del paso de Isabel por las cercanías de la capital política del mundo.
Miles de árboles caídos y desechos transportados por los fuertes vientos cortaron varios cables de electricidad, explicó a la AFP Bill Byrd, portavoz de la empresa Dominion, que suministra energía en Virginia y el noreste de Carolina del Norte.
El restablecimiento de la electricidad "llevará mucho tiempo", quizás hasta siete días, añadió Byrd, tras explicar que los equipos técnicos recién están evaluando los daños.
Pepco, otra empresa que suministra electricidad en Washington y Maryland, coincidió en que será necesaria al menos una semana para que vuelva a hacerse la luz.
Los vuelos desde y hacia los aeropuertos de Washington Dulles y Baltimore experimentaban retrasos de unos 15 minutos, mientras el aeropuerto Ronald Reagan de Washington fue reabierto este mediodía.
Más de 1.500 vuelos fueron cancelados el jueves en los aeropuertos de la costa este.















