Los negociadores del comercio internacional hacían progresos el sábado en México en un intento de superar las divisiones entre los países ricos y pobres para revivir las posibilidades de un acuerdo mundial de comercio, en medio de nuevas protestas de los llamados "globalifóbicos".
Unos 2.000 activistas marcharon en Cancún hacia la sede del encuentro, cuya seguridad fue reforzada después de que el miércoles un dirigente campesino sudcoreano se inmoló en una protesta en rechazo al organismo comercial, que según los grupos anticapitalistas, perjudica a los países pobres.
Los ministros de la OMC, que incluye a 146 países, comenzaron a hacer concesiones particularmente en agricultura, el tema más árido de las discusiones y donde los países en desarrollo exigen que terminen los subsidios que aplican principalmente Estados Unidos y la Unión Europea (UE).
"Nuestra percepción es que las cosas se están moviendo en la dirección correcta en términos de una actitud favorable a negociar", dijo el vicerrepresentante de Comercio estadounidense, Peter Allgeier.
"Hay un movimiento, en algunos casos un movimiento significativo", dijo el portavoz de la OMC Keith Rockwell luego de intrincadas negociaciones en la noche del viernes.
Los activistas avanzaron hacia la policía que custodiaba la zona hotelera donde se desarrollan las discusiones. Docenas de ellos se mostraban dispuestos a enfrentamientos con las autoridades, portando carritos de supermercados y bolsas de basura con piedras y palos.
Un activista travesti colocó la nota sexual en la protesta cuando gritaba la consigna " Bush, Usama (Ben Laden), los queremos en la cama!".
Los ministros necesitan encontrar un consenso que permita revivir las esperanzas de un pacto global que debería estar terminado antes de fines del 2004, según el cronograma original, y que de acuerdo al Banco Mundial aportaría más de 500 mil millones de ingresos a la economía mundial por año desde el 2015.
La reunión de Cancún comenzó el miércoles y finalizará el domingo, aunque existe la posibilidad de que se extienda al lunes.
Los negociadores tenían previsto presentar el sábado un borrador de compromiso que sería la base para un acuerdo.
La agricultura es la clave de las negociaciones porque es el sustento de millones de personas en los países en desarrollo, que acusan a las naciones industrializadas de competencia desleal por aplicar subsidios.
Acuerdo probable, pero sin detalles
Los países ricos, liderados por la UE y Estados Unidos, se han mostrado dispuestos a hacer concesiones y disminuir subsidios, pero a cambio de mayor apertura de mercados de los países que integran el recientemente creado Grupo de los 21 (G21) integrado por países diversos como Brasil e India.
El acuerdo que podría salir de Cancún sería apenas una base para uno definitivo que tratarán los negociadores en la sede de la OMC, en Ginebra. Este borrador no incluiría cifras de recortes de subsidios ni de reducción de aranceles.
"Habrá un acuerdo, pero no va a ser un acuerdo que defina reglas comerciales", dijo el ministro de Agricultura de Brasil, Roberto Rodrigues.
Los países ricos han enviado una respuesta no muy sutil a las exigencias del G21, en la que indican que con preocupaciones políticas en el horizonte, como las elecciones presidenciales del 2004 en Estados Unidos y el ingreso de 10 nuevos miembros a la UE, tienen poco espacio para concesiones.
Aún así Europa, en un gesto de buena voluntad, reveló un plan para que los miembros de la OMC terminen con distintas formas de apoyo a la producción de algodón que distorsionan el comercio, incluidos las promociones a las exportaciones.
Esta actitud vino en respuesta a un pedido de cuatro naciones africanas --Benin, Burkina Faso, Malí y Chad-- para que terminen los subsidios, particularmente de Estados Unidos, que dicen daña sus economías porque deprime los precios del algodón y bloquea oportunidades de exportación.
Otros asuntos dividen también a los negociadores y podrían obstaculizar un acuerdo en Cancún, como las inversiones.
Japón y la UE están presionando por nuevas reglas en inversión extranjera y competencia en el marco de la OMC, pero la propuesta casi no tiene adeptos entre las naciones pobres.