Un oscuro negocio de armas ecuatorianas es el motivo necesitado de total aclaración. Se divisan etapas que comprenden intervenciones de personal militar y de ex militares.
También intervención de civiles.

Al poner en claro las responsabilidades en juego, es de primera importancia conocer cómo se otorgará más calidad a los controles internos que deben impedir irregularidades como la que ahora es imposible ocultar.

Ya es pública la afirmación de que se investigará hasta las últimas consecuencias. Y “habrá sanciones”.
Pero antes de que pase más tiempo, es necesario conocer si existen vías rápidas y legales para enfrentar con rigor de justicia realidades como la que ahora, de manera general, es definida como “un negociado de armamento militar o desvío de armas ecuatorianas”.

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El país no está indiferente ante estos hechos. Demás sería que, a pesar de repetidos escándalos, nuestra sociedad experimente despreocupación.

Crece un interrogante. Se refiere a la engañosa confianza depositada en controles militares posiblemente eficaces en épocas muy distantes de nuevas y peligrosas circunstancias nacionales e internacionales.