Muy pocos deben conocer lo que es la jíquima. Según Antonio Pico, es un tubérculo que si no desapareció, debe estar a punto de hacerlo. Eso es lo que ha logrado la falta de conciencia por conservar nuestras semillas.
“Habiendo arroz, aunque no haya Dios”, dice un antiguo dicho de nuestros campesinos, pero rescatar las semillas tradicionales es un proceso fuerte, que necesita de la difusión y el empeño de todos.
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Agregó que los diminutos pueblos de Manabí no están en los mapas y piden el apoyo de la comunidad para impedir la muerte de árboles y plantas que nos sirven de alimento. Se acordó realizar el festival de los chupamangos entre otras propuestas. En la fiesta de la semilla que organizó Antonio Pico el sábado estuvieron representantes de comunidades rurales y organizaciones que compartieron sus inquietudes sobre el tema.