La mayor ambición del productor y compositor guayaquileño es trascender en la música.
Los primeros pasos de Jorge Luis Bohórquez en la actividad musical fue como integrante de Los Intrépidos, agrupación con la que a inicios del noventa popularizó los temas Mercedes, No te lo creo narizón y Playa azul.
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Bohórquez recién salía del colegio, pero siempre supo que sus inquietudes artísticas iban más allá de componer las canciones que interpretaba o hacerse cargo del teclado –toca piano desde los 8 años–. Por ello, pese a graduarse como administrador de empresas, en 1999 decidió viajar a Miami para estudiar Music Business.
Hace dos años regresó al país y no precisamente para ser parte de un grupo, sino para dedicarse por completo a la producción musical. Una muestra de su trabajo es el primer álbum de Danilo Parra, Los super singles del 2003, para el cual compuso los temas Cuando vuelva a verla, Cómo decir y Todo lo que sería.
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Bohórquez es también responsable de la producción del disco de Guayaquil city band, en el que trabaja actualmente, y planea crear la música de Daniel Betancourth, el joven guayaquileño que en el 2002 participó en Miami en el reality show ‘Protagonistas de la música’, de Telemundo.
No obstante, la mayor de sus ambiciones es encontrar el sonido que identifique a los ecuatorianos, pues considera que cada persona tiene su ritmo, el cual le permite transmitir lo que piensa y siente.
Bohórquez es en su estudio como un maestro ávido por compartir sus conocimientos. Es un apasionado de la música en busca de perfección.
“Esa es su virtud, pero también su defecto porque se exige tanto, que nunca está totalmente contento con lo que hace”, dice el músico Gustavo Blasio, quien fue su profesor en el colegio Nuevo Mundo y ahora comparte su vocación musical.
Ricardo Bolaños, integrante de Bolaños Jazz y de Guayaquil city band, califica a Bohórquez como “un amigo y profesional siempre preocupado por el bienestar de los demás. Pero muy estricto”.
A ratos tranquilo y en ocasiones inquieto. Algo despistado y siempre sonriente, Bohórquez reconoce que habla solo porque sus ideas están en permanente ebullición. Es como un radar que capta todo lo que está a su alrededor. Se transforma, de ser necesario, en un psicólogo que trata de hurgar en la psiquis de las personas, en especial de quienes le piden producir un disco.
“Nunca acepto de un día a otro porque antes tengo que conocer a la persona para saber cuál es su ritmo y qué es lo que quiere y debe transmitir”, subraya Bohórquez, el segundo de tres hermanos.
Añade que ser compositor y productor es una ventaja en la industria musical. “Todo parte de la composición. Tiene que ser óptima para que el productor, los músicos e intérpretes puedan hacer su trabajo”.
Bohórquez comparte su vocación musical con su hermano menor, Carlos, quien es ingeniero de sonido. Pondera el apoyo de sus padres, Jorge y Edda, y agradece la ayuda que recibe de Dios, a quien retribuye sus dádivas colaborando desde hace 12 años en el Programa de Catequesis y Recreación (Procare), que brinda formación cristiana, moral y ética a jóvenes y adultos.