A 68 kilómetros de Cuenca,  en la iglesia matriz de Sevilla de Oro, Neira Tapia, por un altoparlante anunciaba la misa por el fallecimiento de Verónica Cárdenas Garzón, ocurrido el pasado 5 de julio, en Alicante, España, en un choque entre dos automotores.

La víctima, de 21 años, estudiaba Idiomas, en la Universidad Central en Quito, cuando en el 2001 decidió dejar su país, pues la ausencia de su hermana Ana María, quien viajó un año antes, la llevó a emigrar.

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“Eran como gemelas, sintió bastante la separación, ya que ellas nunca se separaban”, comentó María Garzón, madre de Verónica Cárdenas.

Las hermanas vivían juntas en Novelda, Alicante, pero por su trabajo diario cuidando a un anciano en Algueña, Verónica recorría unos 30 kilómetros de distancia.

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Por versiones de familiares se conoció que el choque ocurrió cuando Verónica retornaba a la ciudad de Novelda e intentó esquivar un tráiler.

Unos 10 mil dólares gastaron los parientes de la fallecida en España, solo en trámites de sanidad y repatriación.

A las 15h00 del sábado pasado, se realizó la sepultura de los despojos en el cementerio cantonal, en el pueblo donde ella creció junto con familiares y allegados.