En nuestro medio, la más frecuente, dada la humedad del ambiente, son la micosis (afecciones por hongos), que produce ampollas pequeñas que al secarse, la piel se despega. “Otro problema que originan los hongos es el aumento de la queratina de la piel (se encuentra en la epidermis), que hace que se vuelva gruesa, áspera y con tendencia a agrietarse. En este caso la descamación es abundante y por las grietas entran bacterias que originan una infección y por ende mal olor”, señala la dermatóloga Virginia Miranda de Moscoso.