Esta noche actuará con el grupo Bolaños Jazz en el teatro de la Casa de la Cultura del Guayas.

No es de aquellos que dan su amistad en la primera conversación con una persona. Si es de hacer varias preguntas para conocerla bien, lo hace; y si se da cuenta de que ella está jugando, toma distancia y la olvida.

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Para una persona locuaz y alegre como Juan Pablo Andrade Moscoso, resulta chocante si alguien se acerca a él por interés. Por eso no duda en analizar bien a la persona, refiere el saxofonista guayaquileño de 20 años, de los cuales seis los ha dedicado al arte de ejecutar este instrumento.

Su gusto por la música fue motivado, cuando tenía diez años,  por el conocido saxofonista Lucho Silva. Y no precisamente porque se lo dijo personalmente. Por casualidad,  Juan Pablo lo vio tocar en el concurso de Miss Ecuador y le impresionaron los tonos graves que generaba el instrumento.

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Desde entonces, ha vivido para el saxofón. Sin embargo, sabe que la carrera de artista no le será eterna, por lo cual  ingresó a  estudiar administración de empresas en el Blue Hill College.

Su enamorada, María José García, desde hace dos años y medio, es el principal apoyo que él tiene. Le guarda profundo respeto al maestro Silva. Y aunque comparten la misma carrera, no lo puede tutear por completo, sino que aún le llama profe.

Rememora que su primera presentación, a los catorce años, fue pésima. En aquella ocasión dudó en seguir tocando, pero uno de sus seis hermanos, Ricardo, quien ejecuta batería, le regañó por su inseguridad. Eso le hizo reflexionar que como él muchos artistas iniciaron su carrera con pequeñas desilusiones.

Del cantautor cubano Francisco Céspedes emuló la creencia de la fuerza del amor. Uno de sus anhelos es actuar en algún festival de jazz en  EE.UU. Durante seis meses (septiembre del 2002 a marzo del 2003) fue músico de la banda guayaquileña Insignia.

Escribió temas y poemas que dedicó a su enamorada. Algunos de ellos quiere grabarlos en un disco compacto.

En su casa conserva su primer saxofón de marca Buffet. No obstante, este no es el único instrumento que desea ejecutar, pues quiere aprender flauta traversa. También practicó batería y piano.
Vive con sus padres, el ingeniero Carlos Andrade y la profesora Marila Moscoso. Se define sincero, optimista, responsable, caritativo, paciente, perezoso e impulsivo.

Cuando llegue a la tercera edad quiere tener muy presente los rostros de emoción de las personas que lo veían tocar en los conciertos, como el que ofrece hoy, a las 20h00, con la banda Bolaños Jazz, en la sala José Martínez Queirolo de la Casa de la Cultura del Guayas. Entrada: $ 5.