Llevó la pelota desde los 3/4 de la cancha, pasó a uno, pasó a dos, pasó a tres. Wilson Nieves corría en el estadio de Machala en un partido que decidiría el campeonato entre Barcelona y el Técnico Universitario.
Hacía casi una década que el equipo del astillero no quedaba campeón. Era el año 1980.
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“Comencé la jugada por el costado izquierdo. Se la pasé a Mario Tenorio al subcentro. Él se la dio a Ephanor, que apuntó un golazo de chilena directo al arco”.
Wilson Nieves se emociona cuando recuerda el partido en el que se convirtió en campeón junto a Barcelona. Ese fue uno de los seis campeonatos que consiguió en quince años de trayectoria.
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Empezó cuando tenía 16 años en las divisiones inferiores del Club Nacional en Quito, ciudad a la que había viajado por estudios, recomendado por su tío Eulogio Quintero, también jugador.
En este equipo, Nieves se convirtió en profesional y consiguió el histórico tricampeonato en 1975, 1976 y 1977. En 1978 participó de las eliminatorias al mundial de Argentina, y en 1979 lo adquirió Barcelona donde estuvo hasta 1983, cuando pasó al Deportivo Quito. Después integró el Emelec (1984), siguió en el Esmeraldas Petrolero (1985) y culminó en el Deportivo Cuenca (1986), hasta 1988 en que se retiró.
“En aquella época no se ganaba como ahora, en que hay quienes han quedado campeones una vez y tienen su vida solucionada. Sin embargo, tuve mis ahorros”, cuenta Nieves, oriundo de Esmeraldas, mientras señala su negocio ubicado en la ciudadela El Paraíso, una lubricadora con el nombre de Pajarito Cantos, padre de su esposa Shirley Cantos, con quien tiene cuatro hijos.
Con sus ahorros también construyó una casa con departamentos de alquiler en Esmeraldas. Wilson Nieves procura mantenerse en forma, hace deporte, sobre todo tenis.
Aunque adora el fútbol, no ha asistido a un estadio en los últimos nueve años. “Ya no hay espectáculo ni goles y el público quiere ver goles”, dice; y recalca que pese a su indiferencia a veces sueña que aún es fútbolista, pero el de 1980. (MOA)